Estilo de vida

Para la cuarentena: Pequeño manual para hacer yoga con los niños

Los beneficios del yoga son innegables, una excelente actividad para realizar durante la cuarentena en casa.

Ante la llegada de la pandemia gran cantidad de personas se encuentra cumpliendo la cuarentena para evitar el contagio, acá las actividades desde casa son la clave,”El propio significado de la palabra ‘yoga’ es unión, así que, durante estos días en casa, nos proporciona un tiempo de calidad y unidad familiar en el que nos observamos para poder entendernos mejor, de modo que mejora la convivencia”, nos explica Castro. “También tiene nos sirve para, a través de la práctica, aplicar valores como las tres ‘R’ del respeto: respeto a uno mismo, respeto a los demás y respeto al espacio”.

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“Solo con esta temática, ya se pueden hacer un montón de juegos y actividades. Por ejemplo, cada uno en su esterilla -o toalla de playa- o algo similar-, debe entendender que ese es un espacio propio y sagrado, y llevar a cabo la práctica respetando su espacio y el de los demás”.

“A nivel físico, ayuda a mantenernos en forma y aporta flexibilidad, corrige malos hábitos posturales, nos ayuda a tomar de conciencia de nuestro cuerpo… Asimismo, mejora la coordinación y concentración y nos ayuda a relajar también la mente, además de fomentar el pensamiento positivo”.

¿CÓMO EMPEZAR A PRACTICAR YOGA CON NIÑOS?

“Si no conocemos la práctica del yoga, no pasa nada: desde el amor y fluyendo todo se puede hacer, solo hace falta ropa cómoda y un espacio confortable (vale un pasillo, o el espacio que queda en el salón retirando la mesa de centro, por ejemplo. Basta con que nos podamos mover sin hacernos daño o romper algo sin querer)”, comienza la instructora.

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“Por otro lado, si no queremos complicarnos, lo más fácil es buscar una imagen de una asana de yoga e ir imitándola, o coger varias e ir inventando una historia con ellas (aunque no tenga mucho sentido, no pasa nada). También podemos hacer ejercicios de respiración, como la respiración de globo, que consiste en hinchar la barriga como si fuera un globo, imaginando que nos hinchamos con la inhalación y nos deshinchamos con la exhalación. Podemos acompañar la inhalación subiendo los brazos, y la exhalación, dejándolos caer hasta que toquen el suelo”.

Esta práctica, y todas las que propone la experta, son válidas a cualquier edad. “Depende mucho del niño, pero a partir de los tres años es un buen momento para empezar, ya que su cerebro empieza a ser más consciente de su cuerpo. Esto no quiere decir que no podamos hacerlo antes: os animo a probarlo y ver qué pasa”, señala.

Y prosigue: “Si en casa hay adultos que practican yoga, pero nunca en familia, este es un buen momento para empezar: que les expliquen a los peques que van hacer yoga, y que ellos deben reaccionar como si fueran un espejo, imitando al adulto. Que inventen una canción con el saludo al sol y sus movimientos, que hagan el dibujo de una asana y le inventen el nombre, o buquen uno relacionado con los animales, por ejemplo”.

“Mi recomendación en ambos casos es que papás y mamás indaguen en internet y que experimenten la practica desde el amor, desde el juego, fluyendo, ya que habrá peques que quieran hacer una cosa y otros que otras. También los habrá que se frustren, que se aburran… Pero no tiene importancia: este es un tiempo para explorar, observar y aprender unos de los otros; todo lo que pase estará bien, siempre que se encuentre dentro de los límites de las tres “R” que explique antes, y los de la propia familia”, continúa Castro, que nos recomienda la página de Facebook de Ma Nunú. “Cuenta cuentos muy bonitos que se pueden aplicar al yoga”.

¿Lo más difícil de hacer yoga con niños? “‘¡Que no paras de moverte!”, exclama, entre risas, la instructora. “Lo mejor es ir con mente abierta, y sin expectativas, fluyendo ante cualquier situación. Hay que ser conscientes de que son niños, y de que, además, con nosotros, los papás, se comportan de manera diferente que con un profesor o profesora. Ya comenté, y en mis vídeos podréis verlo, que hay situaciones en las que se aburren o quieren hacer otra cosa…”

“Mi hijo Mauro, por ejemplo, va a su aire, es así: se frustra o se despista, pero no pasa nada, ¡la vida es bella! (tal y como reza un mantra que se utiliza mucho con los peques). O bien intentamos animarlo a que vuelva, enseñándole lo bien que lo pasamos, o le dejamos su espacio y ya volverá. No nos enfadamos: se le aparta si no respeta las normas, y se le explica que, cuando esté tranquilo, puede regresar. Incluso podemos acompañarlo haciendo el ejercicio. Hacer yoga en familia debe ser un momento de diversión en el cual ‘todo’ está bien”, explica Castro.

¿Otro truco para esos momentos en los que se desconectan de la práctica? “Podéis crear o buscar una canción y ponerla en momentos de descontrol; mientras suena, les indicáis que se sienten como un indio, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados para poder relajarse y centrarse. Para volver a centrarlos, también se puede usar una pegatina en el entrecejo, explicándoles que, cuando se sientan nerviosos o ‘raros’, pongan el dedo índice en ella y cante el OM”.

“Sobre todo, hay que entender que son niños y expresan sus emociones con el cuerpo: los papás y mamás en este momento, les guiamos, apoyamos, observamos y ayudamos desde el entendimiento, el respeto y el más profundo amor. Así, para llevar a cabo la práctica con peques, os animo a sacar vuestro niño o niña interior, y desde ahí, desarrollar la imaginación y la creatividad desde el corazón, desde el fluir”, culmina la experta.

Con información de MSN

 

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