Lavanderías gratuitas: el enfoque de Bogotá para mejorar la vida de las mujeres cuidadoras

Bogotá implementa lavanderías gratuitas para empoderar a las mujeres cuidadoras

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha implementado uno de los beneficios más significativos para las mujeres cuidadoras con el programa “Manzanas del Cuidado”. Estos espacios integrales para mujeres en la capital colombiana ofrecen diversos servicios, como educación, atención psicológica y actividades deportivas, para ayudar a las cuidadoras a pasar menos tiempo en las labores del hogar.

Este programa es uno de los pilares más importantes del proyecto de “Bogotá Cuidadora” de López, que se planificó durante su campaña y se ejecutó durante cuatro años, a pesar de las dificultades causadas por la pandemia. Según las cifras del Distrito, más de 230,000 personas han sido atendidas en las 17 ‘Manzanas del Cuidado’ establecidas.

Uno de los servicios más populares es el lavado gratuito de ropa, que ayuda a las mujeres cuidadoras que trabajan y también cuidan a sus hijos o familiares con discapacidades. El objetivo del servicio es facilitar una de las tareas domésticas más consumidoras de tiempo para que las mujeres puedan usar su tiempo en actividades que les permitan generar ingresos y crecer profesionalmente.

Según las cifras de la Secretaría de la Mujer de la capital colombiana, en promedio, las mujeres dedican 67 minutos al día a lavar, planchar y organizar la ropa de sus familias. “La idea es que, mientras hacemos ese trabajo, las mujeres puedan disfrutar de otros servicios que mejoren su calidad de vida y bienestar”, explica Diana Rodríguez, jefa del departamento local, a Sputnik.

Omaira Rodríguez es la encargada de operar una de las seis instalaciones de lavandería gratuitas existentes. Tiene 36 años y ha estado trabajando en el distrito de Los Mártires durante un año, quizás una de las zonas más estigmatizadas de Bogotá. “La gente piensa que aquí solo hay drogas y prostitución. Y eso ha cambiado en los últimos años. También hay mujeres que quieren salir adelante”, dice.

Durante el día, Omaira puede hacer entre 10 y 15 lavados, cada uno con 25 prendas. “Lo único que tienen que traer es jabón líquido. Aquí están las máquinas, y la ropa se entrega doblada y lista para guardar”, dice. Omaira explica que la mayoría de los usuarios son mujeres que viven en habitaciones por noches que pueden costar entre tres y cinco dólares, tienen al menos un hijo y no tienen los recursos para lavar su ropa.

“Es muy complicado tener que lavar su ropa en un lavamanos o en la ducha. Y no tener dónde extenderla. Y ni pensar en una lavandería privada. El costo es muy alto, y las mujeres que vienen aquí no pueden pagarlo”, defiende Omaira.

Como operadora de la instalación de lavandería, Omaira ha estado trabajando durante cuatro meses. Durante este tiempo, ha escuchado historias, ha sido confidente, consejera y quizás amiga: una mujer que escucha a los demás mientras recibe su ropa. “Hay una señora de 92 años que espera la hora y media que dura todo el proceso. Debido a su edad, no puede hacer estas tareas, y el servicio ha sido una bendición para ella. Hay varias que me cuentan sobre sus vidas, sus problemas y sus sueños”, agrega.

El éxito de las instalaciones de lavandería ha sido tal que el gobierno de Bogotá planea abrir tres más antes de finales de 2023, llegando a un total de nueve en diferentes partes de la capital colombiana. El objetivo es dar acceso a este beneficio gratuito a un millón de mujeres en una ciudad de ocho millones de habitantes.

“Estos servicios tienen como objetivo evitar que las mujeres se queden en casa, tener más tiempo libre y, por lo tanto, ser autónomas, productivas y completas. Esto ayuda a reducir la brecha de género un poco más. Ha sido un éxito, y esperamos que otras ciudades del país sigan este ejemplo”, concluye Omaira.