Sucesos

Soldado acribilló a sargento con fusil AK-103 y luego se quitó la vida en Sucre

Una tragedia lamentable en el estado Sucre

La comunidad militar de Venezuela ha sido sacudida por un suceso trágico que ha dejado consternación y dolor en su seno. Se trata del acribillamiento a tiros de un sargento segundo del Ejército, seguido del suicidio del soldado que llevó a cabo el acto violento, en un área descampada del Comando de la ADI-532 Cacique Cayaurima, situado en el sector San Juan de Cariaco, perteneciente al municipio Rivero, ubicado en el estado Sucre.

El sargento segundo, identificado como Gregorio Javier Migueles de la Rosa, quien desempeñaba su labor en el 633 Batallón de Ingenieros de Combate “Juan Manuel Cajigal”, fue el blanco de múltiples disparos que le ocasionaron heridas fatales, según los reportes oficiales. Su asesino, el soldado Jocsán Moisés Valdivieso, perteneciente al 322 Batallón Caribes “Cnel. Francisco Carvajal”, llevó a cabo la acción violenta con un fusil AK-103, en dos ráfagas de tiros que sumaron un total de 21 disparos.

El crimen ocurrió en horas del mediodía del domingo y se llevó a cabo después de que el soldado Valdivieso regresara de una patrulla y se acercara a la orilla donde se encontraba el sargento Migueles de la Rosa, a quien atacó sin contemplación, para luego quitarse la vida con un disparo en la boca.

El asesinato-suicidio ocurrió en el marco de las instalaciones militares que funcionan como Base de Combate de la URRA-TAR Monagas, y los cuerpos de las víctimas fueron removidos por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), que ha iniciado las investigaciones del caso.

La hipótesis de que existían rencillas entre el sargento y el soldado es una de las líneas de investigación que las autoridades están siguiendo para determinar las causas precisas del trágico suceso. Esta teoría ha generado aún más consternación y pesar en la comunidad militar, que espera que se tomen medidas para prevenir futuros episodios de violencia en las filas del ejército venezolano.

El luto y la tristeza invaden a las familias de las víctimas, así como a los compañeros de armas del sargento y del soldado, quienes sienten un gran pesar por la pérdida de sus colegas. Se espera que este suceso sea un llamado de alerta para que se tomen medidas que protejan la integridad y la vida de los miembros de las fuerzas armadas, evitando así que se repitan tragedias como esta.

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