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Periodistas y políticos son víctimas del espionaje del Ejército colombiano

La revista Semana publicó pruebas de cómo el Ejército ejecutó un programa de seguimiento informático. La mayoría de sus blancos fueron periodistas y políticos de quienes realizaban perfiles que comprendían datos personales y sus contactos sociales.

Periodistas y políticos han sido victimas de espionaje por parte el Ejército colombiano al cubrir e involucrarse en el conflicto armado y hechos de corrupción militar. Por lo menos 130 personas han si espiadas hasta hace pocos meses  reveló el viernes la revista Semana.

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Entre los periodistas que fueron objeto de seguimientos informáticos están varios estadounidenses como:

  • El corresponsal del diario The New York Times, Nick Casey
  • El fotógrafo independiente Stephen Ferry
  • Lynsey Addario, que ha trabajado para varios medios internacionales.

La edición de la revista que sale a circulación este sábado señaló que el espionaje tuvo lugar entre febrero y diciembre de 2019. Además de los periodistas, los militares también hicieron seguimientos informáticos a «ex ministros, funcionarios de la Presidencia. Así como a generales, políticos y sindicalistas, entre otros». El seguimiento ubicaba perfiles que incluían hasta a familiares y contactos sociales.

Semana tuvo acceso a decenas de documentos y entrevistó a más de 10 fuentes. Denunció que «las unidades involucradas recibían ayudas económicas de una agencia de inteligencia extranjera».

Además, asegura que «parte de esos recursos terminaron utilizados para adquirir las herramientas para espiar las actividades de ciudadanos estadounidenses, en particular periodistas».

«Esa agencia de inteligencia extranjera entregaba a los batallones de ciberinteligencia aproximadamente 400.000 dólares anuales para adquirir equipos y herramientas informáticas», detalla la investigación.

Periodistas y políticos internacionales en la mira

Nick Casey, uno de los periodistas objeto de los seguimientos ilegales llamados «perfilaciones», denunció en mayo de 2019 en The New York Times que el Ejército colombiano había ordenado a la tropa incrementar los resultados operacionales. Esto ponía en riesgo la vida de civiles como sucedió con las ejecuciones extrajudiciales conocidas como «falsos positivos».

En la época, el comandante del Ejército era el general Nicacio Martínez, quien pasó a retiro a finales del año pasado. Durante su gestión fue duramente cuestionado por su presunta falta de compromiso con los derechos humanos.

La revista indica que «los militares monitoreaban los pasos de ese periodista (Casey) en el país en una carpeta en la que tenían sus contactos. Así como también algunas fuentes y las personas con las que se relacionaba, e incluso aparecen sus propios editores de Nueva York».

En esa búsqueda de información, revela la publicación, los uniformados llegaron a otros periodistas entre los que se encuentran Juan Forero, del Wall Street Journal, y John Otis, corresponsal en América Latina para National Public Radio (NPR) e investigador del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).

También aparece en las carpetas la fotoperiodista Lynsey Addario. En febrero tomó unas fotografías de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional en el departamento del Chocó que fueron publicadas en un reportaje de National Geographic.

«El perfilamiento terminó con un efecto dominó en el que aparecen referenciados otros tres fotógrafos de The New York Times que viven en Estados Unidos, y Stephen Ferry, otro fotoperiodista muy conocido en Colombia», asegura la revista.

Lista de periodistas colombianos

La publicación de Semana agrega que el Ejército también hizo seguimiento informático a periodistas nacionales. Entre ellos está la analista de Noticias Caracol, María Alejandra Villamizar, de quien «los militares recaudaron sus teléfonos, dirección, correos, vehículos, el lugar en donde vota y hasta las infracciones de tránsito que cometió».

La investigación también revela que existe una carpeta de La Liga Contra el Silencio, un medio creado hace cuatro años por iniciativa de la Fundación para la Libertad de Prensa.

«Allí aparecen periodistas reconocidos como Ignacio Gómez, subdirector de Noticias Uno, y Gina Morelo, editora de la unidad de datos de El Tiempo«, detalla la revista.

Igualmente hay referencias a la directora de noticias de RCN Radio, Yolanda Ruiz, y a Daniel Coronell, columnista y presidente de noticias de Univisión.

También fueron objeto de estos seguimientos, medios independientes como Rutas del Conflicto, especializado en investigaciones relacionadas con temas de corrupción y orden público, integrada por una docena de comunicadores menores de 30 años.

Políticos y defensores de derechos humanos

Un perfil del director ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, también aparece en los documentos conocidos por la revista.

Vivanco dijo a Semana que «las graves denuncias de que el Ejército realiza interceptaciones ilegales y produce inteligencia sobre periodistas, jueces y abogados de derechos humanos se repiten año tras año en Colombia».

También aparecen líderes políticos como los senadores de oposición Gustavo Bolívar, Angélica Lozano y Antonio Sanguino. Incluso funcionarios del actual gobierno, como el ex secretario general de la Presidencia, Jorge Mario Eastman, así como militares en retiro.

En enero, la revista había denunciado otros casos de seguimientos e interceptaciones, incluso a periodistas de esa misma casa editorial.

Con información de El Nacional

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