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Nueva York se propone ser pionera en la imposición de una tarifa por circular en vehículos en los Estados Unidos

Nueva York busca establecer un precedente en los Estados Unidos con un impuesto a la circulación vehicular.

Nueva York se enfrenta a una resistencia férrea en su intento de implementar la primera tarifa por congestión vehicular en los Estados Unidos, y esta oposición incluso proviene de los propios conductores de los famosos taxis amarillos que recorren las calles de la ciudad.
Las autoridades argumentan que esta tarifa contribuirá al medio ambiente al reducir la contaminación y mejorará la fluidez del tráfico en la agitada ciudad, lo que resultará en tiempos de viaje más cortos y eficientes. El plan propuesto consiste en cobrar a los conductores que circulen por debajo de la calle 60 en Manhattan, incluyendo los distritos de negocios de Midtown y Wall Street. Aunque la Autoridad de Transporte Metropolitano de Nueva York (MTA, por sus siglas en inglés) aún no ha fijado las tarifas definitivas, se está considerando un monto de 23 dólares en horas pico y 17 dólares en horas de menor circulación.
El propósito de esta iniciativa, que toma como ejemplo las exitosas tarifas en vigor en ciudades como Londres y Singapur desde hace tiempo, es mejorar la calidad del aire en la congestionada Manhattan, aliviando el tráfico en sus abarrotadas calles. Además, busca obtener ingresos esenciales para modernizar un sistema de transporte subterráneo que diariamente utilizan cerca de cuatro millones de neoyorquinos.
No obstante, esta medida, prevista para entrar en vigor el próximo año, ha sido impugnada en los tribunales, lo que refleja las dificultades que se presentan al intentar establecer tasas para los conductores en un país en el que los automóviles son el principal medio de transporte.
Esta propuesta ha generado malestar en muchos sectores, especialmente entre los taxistas. Wein Chin, un conductor de taxi, se muestra preocupado de que esta tarifa, que inevitablemente deberá ser trasladada a los clientes, resulte en una disminución en la cantidad de viajes realizados. Actualmente, Chin gana entre 300 y 400 dólares a la semana y ya enfrenta dificultades para pagar un préstamo de 170.000 dólares que obtuvo para adquirir su licencia de taxista. La Alianza de Trabajadores del Taxi de Nueva York, el sindicato que representa a los 21.000 taxistas de la ciudad, estima que esta tarifa podría llevar a una pérdida de ingresos de hasta 8.000 dólares al año para los conductores. Sus afiliados han salido a las calles en las últimas semanas exigiendo ser eximidos del pago de esta tarifa.
Bhairavi Desai, presidente del sindicato, advierte que esta tarifa podría significar la sentencia de muerte para algunos conductores, quienes ya han enfrentado dificultades en los últimos años debido a la competencia generada por los conductores de Uber y a los efectos de la pandemia de COVID-19.
Ante esta situación, las autoridades han propuesto la implementación de descuentos para aquellos neoyorquinos de bajos ingresos. Se estima que alrededor de 700.000 vehículos ingresan diariamente a la zona donde se aplicaría la tarifa, donde el tráfico se mueve a una velocidad promedio de 11 kilómetros por hora debido a las constantes congestiones.
La MTA espera reducir el tráfico diario en un 10%, lo que contribuiría a disminuir las emisiones de dióxido de carbono. Citando estudios realizados en el centro de Londres después de la introducción de una tarifa similar en 2003, las autoridades sostienen que las emisiones de CO2 se redujeron en un 20%.
Este proyecto ha estado en desarrollo durante varios años en Nueva York. El magnate Michael Bloomberg propuso la implantación de un peaje en 2007, cuando ocupaba el cargo de alcalde, sin embargo, no fue hasta 2019 cuando los legisladores locales finalmente llegaron a un acuerdo al respecto.

Aunque el gobierno federal de los Estados Unidos aprobó la propuesta en junio de este año, y las autoridades locales se han comprometido a implementar la tarifa en la primavera de 2024, el estado vecino de Nueva Jersey ha presentado una demanda argumentando que este plan impondría una carga financiera injusta para aquellos que necesitan conducir hasta Manhattan paratrabajar. Nueva Jersey también se opone a que sus residentes deban pagar por mejoras en el sistema de metro de Nueva York.
La MTA estima que la implementación de estas nuevas tarifas generaría ingresos anuales por un total de 1.000 millones de dólares, los cuales serían destinados a mejorar el sistema de transporte. A pesar de la demanda presentada por Nueva Jersey, la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, ha expresado su confianza en que esto no impedirá la implementación de la tarifa.
Danny Pearlstein, portavoz del grupo de defensa del transporte público Riders Alliance, ha declarado que este es un triunfo rotundo para el transporte público, el alivio del tráfico y el cuidado del medio ambiente.
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