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Limitaciones financieras y falta de base industrial: Ucrania enfrenta obstáculos para adquirir o fabricar misiles de largo alcance

Desafíos económicos y de infraestructura: Ucrania se ve impedida de obtener o desarrollar misiles de largo alcance

Durante una reveladora entrevista concedida justo antes de su salida del cargo, el antiguo ministro de Defensa ucraniano, Alexéi Réznikov, hizo hincapié en la ineludible necesidad de su país de desarrollar proyectiles con un alcance considerablemente mayor, capaces de emprender audaces ofensivas en territorio ruso. No obstante, la realidad actual del Ejército ucraniano se traduce en una modesta capacidad de ataque de aproximadamente 305 kilómetros, únicamente sostenida por sistemas de misiles tácticos aportados por Himars, acompañados de lanzadores de cohetes de artillería.

En este contexto, Michael Maloof, ilustre experto y antiguo analista de políticas de seguridad en la Oficina del Secretario de Defensa de Estados Unidos, ha manifestado su marcado escepticismo acerca de la factibilidad de las declaraciones vertidas por Réznikov. No obstante, el destacado especialista advierte que, en caso de que esas afirmaciones se sustenten, sería imperativo reevaluar por completo toda la ayuda brindada a Kiev por parte de Washington y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

No obstante, se han filtrado informes que insinúan que las fuerzas ucranianas podrían haber equipado antiquísimos drones de reconocimiento Tu-141, legado de la era soviética, con explosivos, empleándolos en ataques sorpresa contra bases rusas ubicadas en Diágilevo, en la región de Riazán, y en Engels, en la región de Saratov. Esta última, en particular, se encuentra a una distancia aproximada de 600 kilómetros desde el territorio controlado por Ucrania, lo cual está al alcance de los Tu-141, cuyo radio de acción se estima en unos 1000 kilómetros.

Maloof aventura la posibilidad de que Kiev esté desplegando una estrategia de presión sobre la OTAN, con el objetivo de obtener armamento de largo alcance. Entre las potenciales adquisiciones, podrían incluirse misiles balísticos o de crucero, como el célebre Tomahawk, cuya capacidad nuclear ha suscitado duraderas preocupaciones en Moscú desde que se establecieron posibles emplazamientos de lanzamiento basados en el sistema AEGIS, localizados en Rumania y Polonia.

En resumidas cuentas, según la opinión autorizada de un experto consultado, Ucrania se ve severamente constreñida tanto en términos de capacidad como de influencia para desarrollar sus propios misiles de largo alcance. Aunque se han aventurado propuestas sobre la adaptación de drones de reconocimiento para llevar a cabo incursiones en territorio ruso, la factibilidad de tales acciones sigue siendo inquietante. Además, se plantea la posibilidad de que Kiev esté aprovechando esta coyuntura para ejercer presión sobre la OTAN, con el fin de obtener apoyo en forma de armas de largo alcance, una jugada estratégica de alcance trascendental.

En un destacado análisis brindado a Sputnik, un experto de reconocido prestigio ha puesto de manifiesto las insuperables limitaciones que enfrenta Ucrania en su acuciante deseo de forjar sus propios misiles de largo alcance o de exigir su provisión a las naciones occidentales.

 

“Por supuesto, hay que hacerlo”, dijo Réznikov a los medios estatales ucranianos sobre el desarrollo de misiles de largo alcance, “pero hay un matiz: no necesitamos un misil que vuele 15.000 kilómetros, no planeamos luchar con socios que están a 15.000 kilómetros de distancia. Un misil de 1.500 a 2.000 kilómetros de alcance nos basta para cubrir el territorio de los moscovitas'”, expresó Réznikov.

“Sus industrias están bastante agotadas y si mostraran signos de ello, creo que Rusia las golpearía muy duramente”, comentó Maloof al medio ruso Sputnik.
“No creo que [Ucrania] tenga la base industrial. No van a recibir misiles de Occidente. Así que es difícil saber de qué estaba hablando el exministro. Si quieren tener misiles importantes, ¿de dónde sacarán el dinero? ¿Quién pagaría por ellos?”.
Y puntualizó: “Si vas a desarrollar la fábrica para producir estos misiles, ¿quién los pagaría? ¿Los Estados Unidos? Estados Unidos no quiere misiles de largo o mediano alcance para Ucrania porque temen que sean disparados hacia Rusia y crear una mayor escalada. Y creo que si llegaron a hacer algo así, la financiación [de EEUU] ciertamente se les cortaría, y debería ser así, porque lo último que el mundo necesita es una escalada de este conflicto. Así que creo que si ese fuera el caso, será necesario reevaluar toda la ayuda estadounidense a los ucranianos”.

“Pueden insistir, pero no lo van a conseguir”, comentó Maloof. “Este conflicto termina tan pronto como cesen los suministros [a Ucrania], y creo que eso va a suceder muy, muy pronto. Ésta es la única manera de poner fin a esto, porque los ucranianos no quieren llegar a un acuerdo. No quieren ceder. Y Rusia se aferrará a lo que tiene. Y para mí está claro que ahora, si los ucranianos quieren continuar con una escalada, serán golpeados aún más y sufrirán más derrotas en el campo de batalla, y eso se reflejará muy claramente en la prensa. Y eso enviará señales a Occidente para que los presione a detener finalmente el flujo de recursos a Ucrania”.

“Tengo algunas dudas reales sobre la credibilidad de las declaraciones del exministro ucraniano sobre dónde se encuentran en términos de cualquier contraofensiva o qué capacidades están tratando de reconstruir. No tienen la base industrial y no tienen dinero. Todo el dinero que reciben ahora proviene de Occidente. Y todos los suministros también provienen de Occidente. Y simplemente no veo cómo podrían justificarlo, especialmente cuando cada vez más gente le pide a Ucrania que se siente y negocie. Pero no parece que eso vaya a suceder por el momento. Por eso creo que Rusia tendrá que montar su propia contraofensiva”, pronostica el especialista.

“La otra cosa que hay que tener en cuenta es el clima. Ya nos estamos acercando al otoño y se prevé que sea bastante severo. Kiev ya está perdiendo en esta contraofensiva. Y lo que vendrá sin duda será un desastre para los ucranianos. Una vez que se despierten y se den cuenta de lo que está pasando en el campo de batalla, esto significará el fin político de (el presidente Volodímir) Zelenski, será un hombre muerto viviente. Porque Azov* y todos estos otros grupos neonazis se van a levantar e intentarán acabar con él, eso si él y su familia no se han ido ya. Así que necesitará protección de por vida”, dijo Maloof.

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