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Incremento en las importaciones de gas natural licuado ruso por parte de Europa

Europa registra un aumento en las importaciones de gas natural licuado ruso

La Unión Europea (UE) se encuentra en una encrucijada energética que desafía sus propias metas y ambiciones. A pesar de su objetivo declarado de alejarse de los combustibles fósiles rusos en un futuro cercano, un análisis realizado por activistas revela un sorprendente aumento en las importaciones de gas natural licuado (GNL) procedente de Rusia. Según el grupo de campaña Global Witness, en los primeros siete meses de este año, los países de la UE han incrementado en un 40% sus adquisiciones de GNL ruso en buques cisterna, en comparación con el mismo periodo del año anterior a la invasión rusa de Ucrania.

De acuerdo con el análisis de la prestigiosa firma de análisis Kpler, los países de la UE han importado un total de 22 millones de metros cúbicos de GNL ruso entre enero y julio. España se ha convertido en el segundo mayor comprador mundial de GNL ruso, seguida de cerca por Bélgica. Durante los primeros siete meses de 2023, España ha adquirido el 18% de las ventas totales de Rusia, mientras que Bélgica ha alcanzado un respetable 17%. Por su parte, China lidera con un 20% de las compras.

Según los datos de Aurora Energy Research, Rusia representa aproximadamente el 16% de las importaciones totales de GNL de la UE entre enero y julio. Esto se traduce en alrededor de 13.000 millones de metros cúbicos de gas natural importados de Rusia durante el primer semestre, según las estimaciones de Aurora.

Es importante destacar que, si bien estos volúmenes son significativos, son relativamente bajos en comparación con las enormes cantidades de gas que Europa solía importar de Rusia a través de gasoductos antes del conflicto en Ucrania. Según datos de la Comisión Europea, antes de la guerra, Europa importaba aproximadamente 140.000 millones de metros cúbicos de gas al año a través de gasoductos rusos. En 2022, los países de la UE importaron 62.000 millones de metros cúbicos de gas por gasoductos rusos.

Sin embargo, este aumento en las importaciones de GNL va en contra del objetivo de la UE de reducir su dependencia de los combustibles fósiles rusos para el año 2027. Global Witness estima que las compras de GNL ruso por parte de los países de la UE en lo que va del año ascienden a 5.290 millones de euros (equivalentes a unos 5.780 millones de dólares).

“Comprar gas ruso tiene el mismo impacto que comprar petróleo ruso. Ambos recursos financian directamente la guerra en Ucrania”, afirmó contundentemente Jonathan Noronha-Gant, activista de Global Witness. En abril, la ministra española de Energía, Teresa Ribera, expresó a Reuters que el GNL ruso debería ser parte de las conversaciones de la UE sobre posibles sanciones.

En medio de este debate sobre la seguridad energética y la diversificación de fuentes, la UE se enfrenta a una encrucijada crucial. Las decisiones que se tomen en los próximos años tendrán un impacto directo en la autonomía energética de Europa y en el logro de sus objetivos medioambientales. La búsqueda de alternativas sostenibles y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles rusos se presentan como desafíos ineludibles que requieren una sólida voluntad política y medidas concretas. Solo así la UE podrá encaminarse hacia un futuro energético más prometedor y en armonía con sus principios y metas.

 

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