Curiosidades

El origen de la arepa: ¿Colombiana o venezolana?

Arepa: ¿Colombiana o venezolana? Explorando su origen

La arepa, ese exquisito manjar que se erige como un emblema culinario tanto en Venezuela como en Colombia, ha deleitado los paladares de ambas naciones durante siglos, intrínsecamente ligada a sus tradiciones gastronómicas. No obstante, en medio de esta apreciación compartida por dos países vecinos, surge una interrogante trascendental: ¿cuál es su origen, su remoto linaje?

Si nos aventuramos en la búsqueda de las raíces de esta deliciosa creación, resulta imperativo resaltar que las arepas encuentran su esencia en el maíz, ese fruto sagrado que florece en las tierras indígenas de la «América tropical», según lo establecido por la Real Academia Española. El maíz, sustento alimentario del continente prehispánico, se erige como el equivalente al trigo en Europa y al arroz en Asia, una columna vertebral culinaria que ha trascendido a lo largo de los siglos.

Los documentos históricos son testigos irrefutables de que la arepa existía mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón a las tierras americanas en 1492, en una época en la que todavía no se habían trazado las fronteras que hoy delimitan ambos países, como líneas divisorias artificiales. Los colombianos, orgullosos de su tierra, aseguran con vehemencia que la arepa es un tesoro autóctono de su nación, mientras que los venezolanos, con igual convicción, afirman que su cuna es indiscutiblemente venezolana. Y en esta disyuntiva no yace error alguno.

Adentrándonos en el significado mismo de la palabra «arepa», nos topamos con una fascinante etimología que nos lleva a los indígenas cumanagotos, quienes utilizaban el vocablo «erepa» para referirse al maíz, un término que con el transcurrir del tiempo evolucionaría hasta convertirse en el venerado nombre de este platillo, tal como nos revela el erudito historiador venezolano Miguel Felipe Dorta en su invaluable obra «¡Viva la arepa!».

Recordemos que los cumanagotos, ese pueblo amerindio que habitó las tierras del norte de la provincia Anzoátegui en Venezuela, desempeñaron un papel crucial en la historia ancestral de la arepa, legándonos un legado gastronómico invaluable.

«El origen de la arepa es genuinamente americano, es un producto autóctono de estas tierras», afirmó con certeza el renombrado chef colombiano Carlos Gaviria Arbeláez, inmerso en su incansable labor como investigador de la cocina colombiana y autor de la magistral obra «Arepas colombianas», durante una cautivadora entrevista con los corresponsales de CNN.

Por su parte, el afamado escritor venezolano Ricardo Estrada Cuevas, autor de la obra maestra «Arepólogo», destaca con orgullo que la arepa, ese tesoro culinario, se remonta a unos 900 años en el pasado, una época en la que aún ninguno de los dos países había sido fundado. De este modo, afirma con vehemencia que la arepa no pertenece exclusivamente ni a Colombia ni a Venezuela, sino que se deleitaba en esta región de América, en ambas zonas geográficas.

Gaviria Arbeláez, con su innegable sabiduría culinaria, insiste en la necesidad de no confundir las divisiones políticas con las geográficas y culturales al intentar desentrañar los orígenes de este plato tan amado. Con firmeza, proclama que la arepa no posee pasaporte ni cédula de ciudadanía, no le han otorgado un DNI, pues su esencia yace más allá de las fronteras que delimitan países. Si bien es posible que, por razones antropológicas, el nombre de «arepa» haya surgido en lo que hoy conocemos como Venezuela, lo crucial es destacar que los panes de maíz, en general, representan un elemento alimentario fundamental en toda América.

«Hay una base alimentaria arraigada en cada continente, formando parte inalienable de sus pueblos.En el caso específico de la arepa, su origen se remonta a las culturas indígenas que habitaban estas tierras mucho antes de la llegada de los colonizadores europeos. A lo largo de los siglos, las arepas han evolucionado y se han adaptado a las diferentes regiones y tradiciones culinarias de Colombia y Venezuela, dando lugar a una amplia variedad de preparaciones y rellenos.

En conclusión, la arepa es un tesoro gastronómico compartido por Colombia y Venezuela, cuyo origen se encuentra en las culturas indígenas y en el maíz, un ingrediente fundamental en la alimentación de América. Más allá de las diferencias políticas o geográficas, la arepa representa una conexión histórica y cultural entre ambos países, y su disfrute trasciende las fronteras que los separan.

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