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El fenómeno Milei y su impacto: ¿Está la política argentina ante el fin de una era?

El impacto del surgimiento de Milei: ¿Se acerca el fin de una era en la política argentina?

La irrupción del candidato libertario y su victoria en las primarias presidenciales han generado un cúmulo de interrogantes entre los analistas acerca de las estrategias de los exmandatarios, planteando nuevos roles para figuras clave como Cristina Fernández y Mauricio Macri. Este acontecimiento ha dejado obsoletas las categorías que han dominado la política argentina en los últimos 15 años.

La sorprendente victoria del economista Javier Milei en las elecciones primarias presidenciales del 13 de agosto ha desencadenado un vendaval político cuyas implicaciones aún son inciertas. Más allá de que su triunfo se ratifique en las elecciones generales del 22 de octubre y se consolide como presidente de Argentina, algo es indudable: la dinámica política del país sudamericano ha experimentado una transformación irreparable.

Durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), la disputa política se articuló en torno al “kirchnerismo-antikirchnerismo”. No obstante, esta dicotomía ideológica ha quedado en crisis con la aparición de una tercera fuerza política de peso en el escenario electoral.

Tanto Cristina Fernández como Mauricio Macri consolidaron su liderazgo político en momentos cruciales. La primera logró su reelección en 2011 con el respaldo del 54% de los votantes, mientras que el segundo logró unificar a la mayoría de la oposición y ganó las elecciones en 2015, poniendo fin a 12 años de gobierno peronista. Sin embargo, la emergencia de un outsider como Milei ha puesto fin a esa polarización, introduciendo una tercera opción en la palestra electoral. Según algunos analistas, Milei representa el conflicto ordenador, planteando una división entre la “casta política” y los sectores anticasta.

La llegada del libertario Milei ha desacreditado cualquier explicación binaria de la política argentina, que se había acostumbrado a un sistema casi bipartidista. Argentina se dividía en una centroderecha representada por Juntos por el Cambio y una centroizquierda agrupada en torno a Unión por la Patria. Sin embargo, las categorías políticas utilizadas hasta ahora han sufrido un cambio definitivo debido a las propuestas de Milei, como la dolarización de la economía y la abolición del Banco Central. Este cambio afecta a todo el sistema político, incluyendo a figuras destacadas como Cristina y Macri, y plantea un panorama incierto.

La renuncia de Cristina Fernández a cualquier candidatura en las elecciones nacionales debido a su condena judicial en el caso de la causa Vialidad ha generado incertidumbre y un problema de sucesión en el liderazgo peronista. Ante la decisión del presidente Alberto Fernández de no buscar la reelección, el ministro de Economía, Sergio Massa, ha asumido un papel protagónico. Sin embargo, el futuro del peronismo guarda elementos que podrían asegurar su supervivencia, siendo paradójicamente el propio Javier Milei uno de los principales factores.

Según los expertos, en caso de que un opositor se alce con la victoria en las elecciones y el nuevo gobierno enfrente un clima social adverso y un creciente malestar debido a la crisis económica, es probable que el rol del kirchnerismo como fuerza opositora cambie y se fortalezca. El sector que responde a Cristina podría unir fuerzas con los opositores de Milei y construir una mayoría, reinventando así su identidad en la oposición. La posible derrota electoral puede tener un impacto coyuntural en la participación de Cristina durante la campaña, ya que enfrentar una posible derrota puede disminuir su incentivo para involucrarse directamente. Sin embargo, su influencia y representación siguen siendo poderosas, y es poco probable que las pierda en estas circunstancias.

En caso de que el oficialismo resulte perdedor, se abrirá un debate sobre el liderazgo en el peronismo. No obstante, las sucesiones dentro de este partido nunca ocurren de forma no electoral. Por lo tanto, será necesario esperar a las próximas elecciones para que se materialice el nuevo dispositivo político, tal como sostienen los analistasEl panorama político argentino ha experimentado un cambio trascendental con la irrupción del candidato libertario y su victoria en las primarias presidenciales. Este acontecimiento ha dejado obsoletas las categorías que han dominado la política del país en los últimos 15 años, planteando nuevos roles para figuras clave como Cristina Fernández y Mauricio Macri. Estos sucesos han generado un cúmulo de interrogantes entre los analistas acerca de las estrategias de los exmandatarios.

La sorprendente victoria del economista Javier Milei en las elecciones primarias presidenciales del 13 de agosto ha desencadenado un vendaval político cuyas implicaciones aún son inciertas. Más allá de que su triunfo se ratifique en las elecciones generales del 22 de octubre y se consolide como presidente de Argentina, algo es indudable: la dinámica política del país sudamericano ha experimentado una transformación irreparable.

Durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), la disputa política se articuló en torno al “kirchnerismo-antikirchnerismo”. No obstante, esta dicotomía ideológica ha quedado en crisis con la aparición de una tercera fuerza política de peso en el escenario electoral.

Tanto Cristina Fernández como Mauricio Macri consolidaron su liderazgo político en momentos cruciales. La primera logró su reelección en 2011 con el respaldo del 54% de los votantes, mientras que el segundo logró unificar a la mayoría de la oposición y ganó las elecciones en 2015, poniendo fin a 12 años de gobierno peronista. Sin embargo, la emergencia de un outsider como Milei ha puesto fin a esa polarización, introduciendo una tercera opción en la palestra electoral. Según algunos analistas, Milei representa el conflicto ordenador, planteando una división entre la “casta política” y los sectores anticasta.

Argentina se había acostumbrado a un sistema casi bipartidista, con una centroderecha representada por Juntos por el Cambio y una centroizquierda agrupada en torno a Unión por la Patria. Sin embargo, la llegada del libertario Milei, quien aboga por la dolarización de la economía e incluso la abolición del Banco Central, ha desacreditado cualquier explicación binaria de la política. Según los expertos, las categorías políticas utilizadas hasta ahora han sufrido un cambio definitivo, lo cual afecta a todo el sistema político, incluyendo a figuras destacadas como Cristina y Macri.

La renuncia de Cristina Fernández a cualquier candidatura en las elecciones nacionales, debido a su condena judicial en el caso de la causa Vialidad, ha generado incertidumbre y un problema de sucesión en el liderazgo peronista. Ante la decisión del presidente Alberto Fernández de no buscar la reelección, el ministro de Economía, Sergio Massa, ha asumido un papel protagónico. No obstante, el futuro del peronismo guarda elementos que podrían asegurar su supervivencia, siendo paradójicamente el propio Javier Milei uno de los principales factores.

Según los expertos, en caso de que un opositor se alce con la victoria en las elecciones y el nuevo gobierno enfrente un clima social adverso y un creciente malestar debido a la crisis económica, es probable que el rol del kirchnerismo como fuerza opositora cambie y se fortalezca. El sector que responde a Cristina podría unir fuerzas con los opositores de Milei y construir una mayoría, reinventando así su identidad en la oposición. La posible derrota electoral puede tener un impacto coyuntural en la participación de Cristina durante la campaña, ya que enfrentar una posible derrota puede disminuir su incentivo para involucrarse directamente. Sin embargo, su influencia y representación siguen siendo poderosas, y es poco probable que las pierda en estas circunstancias.

En caso de que el oficialismo resulte perdedor, se abrirá un debate sobre el liderazgo en el peronismo. No obstante, las sucesiones dentro de este partido nunca ocurren de forma no electoral.

“El eje kirchnerismo-antikirchnerismo, que organizó al mapa político en los últimos 15 años, ahora está en crisis. No sirve para explicar los fenómenos nuevos”, explica a Sputnik el politólogo Lucas Romero, director de la consultora Synopsis.

“En la nueva narrativa se pone al individuo enfrentado al establishment político, y eso amenaza a la dicotomía entre kirchnerismo-antikirchnerismo, afectando a ambas coaliciones”, sostiene el analista.
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