Curiosidades

El drama de tres atletas que saltaron del podio a la prostitución al ser víctimas de la depresión

Hoy en día, la red de contenido sexual “Onlyfans” se ha convertido en la gallina de los huevos de oros para muchas deportistas que ha visto como posar desnudas les resulta mucho más rentables que su rendimiento en la cancha. En los últimos años, decenas de Gimnastas, surfistas, luchadoras, pilotos y hasta futbolistas han cambiado las canchas por el set de fotos xxx.

Este es el caso de la tenista Ashley Harkleroad, de la jugadora de voleibol Key Alves o de la piloto Renee Gracie, que entre un sinfín de deportistas ya saben lo que es hacerse millonarias gracias a vender contenido erótico en esta red para adultos. Sin embargo, otras muchas no se quedaron ahí y dieron el salto del mundo digital a los burdeles o al cine porno.

¿Cómo una atletas aplaudidas y respetadas puede convertirse de la noche a la mañana en prostitutas de lujo? ¿Cómo pueden pasar del podio a las cintas porno? La ruina -a veces provocada por su propia familia- la depresión o el entorno son la causa por la que deportistas de élite acaben inmersas en el lado oscuro.

Suzy Favor Hamilton o Florica Leonida son dos de los casos más dramáticos que se conocen pero no son las únicas. Otras muchas se vieron atrapadas en el mundo de porno. Estos son los casos de tres atletas que cambiaron el podio por el burdel.

El drama de Suzy Favor

Su imagen era casi impecable: atlética y guapa, una ex estrella del atletismo que compitió en tres Juegos Olímpicos. Tan brillante y saludable que Disneyland la contrató para dar charlas y se crearon premios de atletismo universitario en su honor.

Suzy Favor Hamilton era una de las estrellas del atletismo en los Estados Unidos. Representó con orgullo y éxito a su país durante tres juegos olímpicos consecutivos -1992,1996 y 2000-, cosechando hasta siete medallas en los 1.500 metros lisos. Sin embargo, su última carrera en Sidney resultó traumática para ella por culpa de un traspiés que echó al traste su sueño.

Aunque durante años fue todo un ejemplo nacional de superación, en esta ocasión no supo levantarse y seguir adelante. Debido a su trastorno de bipolaridad y los medicamentos que debía tomar, se vio empujada a abandonar su pasión por el deporte y dar un giro a su vida. Asegura en su libro autobiográfico, Fast Girl, que el tratamiento que seguía tuvo como efecto secundario un aumento desmesurado de su deseo sexual: “Me sentí atraída por la prostitución, ya que me dio mecanismos de supervivencia cuando viví momentos muy difíciles”, asegura.

“Me dieron una droga que a una persona bipolar puede llevarla a tener una hipersexualidad. La droga me hizo perder todas las inhibiciones. Yo estaba como encendida, me sentía viva y me encantaba”. Y así comenzó a aventurarse en un camino que la llevaría a la prostitución. Primero quiso hacer algo diferente, tener relaciones sexuales fuera de su matrimonio, aunque con consentimiento de su marido.

Un día tuvo sexo con un prostituto y fue como si se le iluminara el cerebro: “Yo quiero hacer lo que hace éste, me dije. Él me debería estar pagando a mí”. Al inicio se iba uno que otro fin de semana a Las Vegas y, según cuenta, creó otra persona.

“Cuando estaba en Las Vegas, yo era Kelly. Era como si hubiera encontrado a la persona que quería ser, no que quería ser prostituta, pero una persona confiada, empoderada, que tenía voz. Me estaba rebelando en contra de la vida represiva que había llevado como atleta olímpica”, señala. Y “cada vez que veía a un cliente, era como si ganara una carrera”.

Adicta al sexo

Bajo el sobrenombre de Kelly Luny, consiguió convertirse en una de las mejores acompañantes y su caché se situó en los 600 dólares por hora. Un “escape”, según sus palabras, que era en realidad una forma de enmascarar un sueño americano trastornado, una tragedia de la vida real que socava el mito de que el éxito, la riqueza y la fama son un camino seguro hacia la felicidad. “Era una completa adicta al sexo. Mi voluntad de ser la mejor en la pista fue reemplazada por mi deseo de ser la mejor en la cama”, confiesa.

“No espero que la gente lo entienda”, dijo Favor Hamilton en una ráfaga frenética de tuits después de que trascendieran los detalles sobre su vida secreta. “Pero las razones para hacer esto tenían sentido para mí en ese momento y estaban muy relacionadas con la depresión”.

Stanley Teitelbaum, un sicólogo que escribió el libro “Athletes Who Indulge Their Dark Side” (Atletas que se entregan a su lado oscuro) afirmó que su situación es fácil de entender. Después de retirarse, y pasar la mayor parte de su vida tratando de vivir de acuerdo con un cierto ideal y con la adrenalina que proporcionan las competiciones, la vida del día a día en el mundo corriente puede parecer aburrida y arrastrarlas a buscar el riesgo.

Su nueva vida fue destapada por los medios de comunicación en 2012 y la vergüenza le llevó incluso a plantearse el suicido como una vía de escape a su particular infierno finalmente optó por contar su dramática historia en un libro.

Florica Leonida

Florica Leonida
Florica Leonida FOTO: ARCHIVO LA RAZON

Florica Leonida, ex gimnasta rumana de alto nivel dejó la competición deportiva en 2007 y su vida dio un giro radical. Con 25 años, pasó a ejercer la prostitución de lujo en Alemania, adonde se trasladó, supuestamente, a trabajar en un gimnasio, según desvelada el 2012 el diario alemán Bild Zeitung.

La historia es un drama en toda regla. Leonida participó en campeonatos varios durante su época como deportista. Llegó a ganar un un oro en la prueba de barra de los Europeos de Gimnasia Junior del año 2002 y fue campeona del mundo por equipos en 2003. Su carrera terminó en 2007, pero su retiro dista mucho de haber sido dorado.

La atleta tenía engañada a su familia a la que le había dicho que trabajaba como preparadora de gimnastas. Sin embargo, la realidad era y es muy diferente. Alguien vio sus fotografías en un catálogo alemán de venta de servicios relacionados con el sexo, en el que la gimnasta era descrita como “muy atlética” y un “parque de diversión erótica”, y la reconoció, descubriendo su secreto.

Los medios rumanos se hicieron eco de la noticia rápidamente y ésta llegó a los oídos de la familia de la ex gimnasta, que aseguraron sentirse muy avergonzados hasta el punto de abandonar el país. Los medios rumanos contaron entonces que la ex gimnasta pasó por graves dificultades económicas cuando llegó a la ciudad alemana de Ingolstadt en 2008 (la echaron de la casa donde vivía por falta de pago) y que eso la indujo a dedicarse a la prostitución para ganarse la vida. Al parecer, estaba tan apurada que no tuvo más remedio que aceptar una oferta para trabajar en un burdel donde estaba empleado un exnovio suyo, comenzando así su primera actividad en el mundo de la prostitución.

Verona van del Leur: el cine para adultos como salida

El mundo de la pornografía se convirtió también en la salida desesperada de conocidas deportistas. Uno de los casos más famosos es de Verona van de Leur, ex gimnasta profesional, que contó lo difícil que fue su vida tras su retiro de la gimnasia y cómo encontró en la industria del cine para adultos una forma de ganarse la vida tras ser abandonada e incluso demandada por su propia familia.

La última vez que la holandesa vio a sus familiares fue en un tribunal. La corte determinó que se le pagaran 1.300 euros y además tuvo que abandonar la casa familiar. Verona pasó años muy difíciles hasta 2011, pero gracias a su físico pudo introducirse en el mundo del cine para adultos. En 2020 tuvo su gran auge con la pandemia, ya que tras retirarse del mundo XXX, la actriz abrió su propio canal en, Only-Fans, donde genera su propio contenido erótico y con ganancias considerables.

 

Vía NALHORA

 

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