Salud

El 65% de los adolescentes experimenta cansancio matutino al despertar

Cada mañana, un 65% de los adolescentes se despierta sintiéndose cansado

Un preocupante estudio revela el agotamiento matinal que aflige a los adolescentes, quienes experimentan un despertar cansado que afecta a aproximadamente el 65% de esta población juvenil. Los efectos de la falta de descanso nocturno se manifiestan a lo largo del día en forma de persistente somnolencia, desencadenando una serie de consecuencias perjudiciales que trascienden la simple fatiga. Desde la merma en la autoestima hasta la aparición de problemas de obesidad y trastornos cardíacos, los efectos negativos se extienden por todo el bienestar físico y mental de estos jóvenes.

Citando a expertos de renombre, el prestigioso portal informativo 800 Noticias ha identificado las causas subyacentes detrás de esta alarmante tendencia. Los malos hábitos, en particular el abuso desmedido de las pantallas, se perfilan como los principales ladrones del sueño adolescente. La invasión tecnológica, que cautiva a los jóvenes hasta altas horas de la noche, se suma a otros factores externos, como el ineludible madrugón para asistir a clases, creando una combinación letal que priva a los adolescentes del reparador descanso que tanto necesitan.

Contrariamente a las suposiciones comunes, los adolescentes requieren más horas de sueño en comparación con los adultos, debido a las peculiares características hormonales, metabólicas y funcionales que definen esta etapa de desarrollo. “Las horas de sueño adquieren una singular importancia para ellos, ya que en promedio deberían disfrutar de un período de descanso de 8 a 10 horas”, explicó minuciosamente la eminente María Isabel Escamilla, neumóloga pediatra y experta en medicina del sueño, durante una exhaustiva entrevista concedida a Caracol.

La carencia de sueño y descanso adecuado durante esta etapa crucial de la vida no es un asunto trivial, sino un factor que impacta de manera significativa en el bienestar global de los adolescentes. El deterioro abarca aspectos físicos, emocionales y mentales, y los riesgos asociados son alarmantes. “Aquellos adolescentes que no logran conciliar un sueño reparador se exponen a un mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico, bajo rendimiento académico, tasas más elevadas de ansiedad, depresión, suicidio y conductas de riesgo, como el consumo abusivo de alcohol y sustancias psicoactivas. Desde una perspectiva física, el sueño desempeña un papel crucial en la regulación hormonal y el desarrollo”, enfatizó con vehemencia Escamilla en su declaración a Caracol, dando fe de la magnitud de las consecuencias negativas.

La falta de establecimiento de rutinas de sueño y el abuso desmedido de las pantallas emergen como los principales desencadenantes de los trastornos del sueño en los adolescentes. La negativa a acostarse temprano y la constante compañía del teléfono móvil son prácticas comunes que perturban y desequilibran el ciclo de sueño-vigilia de estos jóvenes. La evidencia ha demostrado contundentemente que los dispositivos electrónicos y la exposición a la luz artificial en general deben ser eliminados al menos dos horas antes de la hora programada para el descanso, como explicó la doctora durante su conversación con Caracol, respaldando sus argumentos con sólidos fundamentos. En conclusión, la adopción de hábitos saludables en relación con el sueño se erige como una necesidad apremiante para salvaguardar el bienestar y el futuro de los adolescentes.

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