Salud

Aumenta en Estados Unidos una alergia excepcional a la carne vinculada a garrapatas, con riesgo de mortalidad

Alergia a la carne en Estados Unidos se expande y se relaciona con garrapatas, con posibles consecuencias mortales.

Según datos recientes provenientes de fuentes sanitarias federales en Estados Unidos, hasta 450.000 personas podrían haber sido víctimas de una enfermedad alérgica excepcional y potencialmente letal relacionada con las garrapatas.

El síndrome alfa-gal, también conocido como alergia a la carne roja, se desencadena cuando una garrapata inocula una molécula de azúcar presente en su saliva. En algunos casos, este azúcar provoca una reacción alérgica que se agrava al consumir carne roja, ya que contiene el azúcar alfa-gal. Además, productos derivados de mamíferos como la leche de vaca, los lácteos y la gelatina también pueden desencadenar reacciones alérgicas. Estas reacciones pueden variar desde erupciones cutáneas y urticaria hasta asfixia e hipotensión. Cabe destacar que el alfa-gal no se encuentra en los peces, reptiles, aves ni en los seres humanos. Desafortunadamente, actualmente no existe un tratamiento o cura para aliviar a los afectados, por lo que su única opción es evitar los alimentos y productos que desencadenan la reacción.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se están acumulando pruebas que establecen un vínculo entre esta afección alérgica y la garrapata estrella solitaria, una especie agresiva que se encuentra principalmente en el este del país y es más común en el sur. Esta garrapata también puede transmitir otras enfermedades, como el virus Heartland, recientemente descubierto, que puede provocar fiebre, fatiga y, en casos graves, hospitalización e incluso la muerte.

Los expertos advierten que los veranos más prolongados, el aumento de las temperaturas y la expansión de las especies de garrapatas, incluida la temida garrapata estrella solitaria, aumentan las posibilidades de exposición a patógenos en áreas geográficas más extensas.

En informes recientes, los investigadores de los CDC presentaron la primera estimación a nivel nacional sobre la distribución geográfica y la magnitud de esta emergente afección. Entre 2010 y 2022, se registraron más de 110.000 casos sospechosos de síndrome alfa-gal. Sin embargo, se cree que el número de personas afectadas podría ser significativamente mayor, ya que muchas personas no se someten a los exámenes médicos necesarios debido a la inaccesibilidad de la atención sanitaria. Según las autoridades de los CDC, se estima que hasta 450.000 personas podrían haber sido víctimas de esta condición desde 2010, lo que destaca la gravedad de la situación y el potencial impacto devastador en la población estadounidense.

 

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