Yulimar Rojas, sin complejos para Vogue México confiesa su mayor dolor (+Video)
Yulimar Rojas: “De pequeña sufrí mucho bullying. Me persiguió toda mi adolescencia. Me decían muchas cosas. Los sobrenombres me mataban, me dejaban impotente”
Salta, se mueve, aplaude con los brazos en alto tres veces, mide la pista, habla con el público, da un paso adelante, otro para atrás, vuelve a decir unas palabras, arenga al público… Yulimar habla fuerte, invoca a Dios, pero sobre todo se invoca a sí misma. Invoca a la muchachita humilde de un barrio llamado Pozuelos, la larguirucha de la que se burlaban los niños. La negra, la fea, la del pie grande, la de pelo malo. ¿Quién es Yulimar Rojas? ¿Quién es la hija de Yuletzy Ramirez? ¿Cómo piensa la mujer de 28 años que tiene dos padres, uno que le dio la vida y otro que la alimentó con pescado, con frutas y la llevó por primera vez al Complejo Polideportivo Simón Bolívar en la ciudad al oriente de Venezuela? ¿Qué quiere de la vida esa flaca que pone música a todo volumen cuando entrena y baila cada vez que bate un récord? ¿Qué piensa antes de saltar aquella muchachita que, aunque veía el mar desde la ventana de su humilde casa en Puerto La Cruz, nunca aprendió a nadar? En volar.
“¿Qué pienso cuando salto? O más bien, cuando vuelo, porque es volar. Para mí se trata de ser yo misma. De liberar tensiones. Cuando salto no pienso en nada. Solo digo: ‘Voy para allá’. ‘Voy a saltar’. Me concentro en cómo ejecutar el salto, en cómo usar la técnica a mi favor, en cómo correr. En fluir. Cuando estoy en el aire, lo único que pienso es en caer más lejos. En ese segundo que estás en el aire, flotando, dices: ‘Voy bien, voy bien’… Aguanta, aguanta, aguanta, haaaaasta que llegas a la arena. Es todo muy rápido. No piensas en nada más que el salto”.
Si el salto fuera vertical, Yulimar podría superar un edificio de cuatro o cinco pisos. Su meta en las Olimpiadas de París 2024 era batir su propio récord y alcanzar una distancia de salto de 16 metros. No lo hará. En abril de este año anunció vía redes sociales que, debido a una lesión que sufrió durante unos entrenamientos en el Talón de Aquiles izquierdo, no podría participar en los Juegos Olímpicos de París 2024. “Mi corazón está roto, también quiero disculparme por no poder representarlos en París”. El silencio en el que esta lesión mete la carrera de Rojas es solo superado por dos cosas: su anhelo de recuperarse (que va a tomar mínimo un año) y el vacío que deja en los JJ. OO. una de las atletas latinoamericanas más vistosas y reverenciadas de los últimos años.
¿Cómo se convirtió Yulimar Rojas en La Reina del atletismo con cuatro títulos mundiales en triple salto? En su vida todo puede leerse como el salto de una niña tímida y miedosa. El de una muchacha que vivía bajo un techo con goteras, temerosa de que la lluvia arrasara su casa, a una mujer que, gracias a sus medallas, logró un nuevo hogar para su familia. El trayecto ha sido duro, sí. Pero la dureza no vino dada por la pobreza en la que creció. El trauma, el dolor, el miedo vino de afuera, de los otros.