Venezolana fue asesinada a tiros por su jefe en Colombia
Una venezolana de 21 años de edad, hallada en una alcantarilla, fue asesinada a tiros por su jefe en Colombia, con quien presuntamente mantenía un romance.
Hace aproximadamente un año, Rubén Darío Guzmán, un reciclador de Engativá, conoció a la víctima del suceso, Lizbeth Araque Maldonado, que vendía café en el barrio de esa localidad y tenía una hija de 1 año que siempre la acompañaba, reseña el diario colombiano El Tiempo.
Según comentó Darío Guzmán, el hombre coincidió con ella un par de veces en sus recorridos por las calles de esa zona y entablaron una amistad, para luego establecer una relación sentimental.
Él contrató a la venezolana los lunes, martes y jueves para que lo ayudara a clasificar el material de reciclaje y le pagaba entre 30.000 y 40.000 pesos. También, en ocasiones, le permitía que se llevara algunas cosas que podría usar en su casa. No obstante, todo esto cambió el 18 de agosto.
Días antes, Darío Guzmán había ido por primera vez a la casa de la venezolana, ubicada en Suba La Toscana, a llevarle un comedor que le iba a regalar. Allí se dio cuenta de que ella no era soltera, que estaba casada y se fue del lugar sin decir nada.
El martes 18 de agosto, la mujer y su hija volvieron a donde Rubén. Él le reclamó porque no le había comentado nada de su esposo, y ella le respondió que si no estaba de acuerdo, con gusto se iba.
Así fue revelado por el propio homicida, quien, en audiencia ante un juez de control de garantías, reconoció que tras la respuesta de la mujer su reacción fue dispararle con un arma de fuego. Y luego desapareció el cuerpo.
La denuncia
A los pocos días, la familia de la joven interpuso una denuncia por la desaparición de ella y su hija. De inmediato, los investigadores de la Policía Metropolitana de Bogotá empezaron a indagar.
El esposo les contó a los detectives que ese día su pareja había ido hasta la residencia de Guzmán, así que lo primero que hicieron fue ir a buscarlo. Él les dijo que ella nunca había llegado, que no sabía nada de ella.
El taxista hizo el recorrido con los uniformados y llegó a la residencia de Guzmán. Allí lo increpó, le dijo que la había llevado a su casa y que él le había pagado la carrera con dos billetes de 5.000 pesos.
Tras asesinarla, el hombre llevó su cuerpo al barrio Garcés Navas, media hora a pie de su vivienda. En ese punto decidió arrojar a la venezolana en una alcantarilla ubicada en la carrera 104 con calle 65C.
Posteriormente, llevó a la niña al barrio La Toscana y la abandonó cerca de la casa en la que días atrás había ido a llevar el comedor.
Los uniformados hicieron el seguimiento de cámaras de seguridad de La Toscana y lograron identificar al criminal llevando a la bebé cerca de su casa.
Hasta el momento, lo acusan de un homicidio de una menor de 14 años de edad en 2010 y del asesinato de otra en 2009.
En la audiencia en la que reconoció el asesinato de Araque, Guzmán negó haber participado en los otros hechos en los que lo involucran. El hombre, que ya está tras las rejas, tendrá que responder por el delito de desaparición forzada.
Con información de Cactus 24