Turbulencias en Toyota tras un escándalo de seguridad en su filial Daihatsu
El gigante automovilístico Toyota experimentó turbulencias este jueves después de la revelación de un gran escándalo sobre el amaño de pruebas de seguridad en su filial Daihatsu y la retirada de vehículos en Estados Unidos.
Daihatsu, especialista de los minivehículos «kei car», muy populares en Japón, suspendió el miércoles todas sus entregas por las numerosas irregularidades descubiertas en sus pruebas de seguridad.
El ministerio de Transportes lanzó una inspección en su sede el jueves.
Después de que una investigación, realizada a raíz de un escándalo de seguridad en abril, revelase los hechos el miércoles, Toyota se disculpó rápidamente, reconociendo su «extrema gravedad» y prometiendo una «reforma fundamental» de su filial.
La comisión de expertos independientes que investigó a Daihatsu durante ocho meses achacó la culpa a factores como «la presión extrema debida a un calendario de desarrollo excesivamente apretado y rígido» y a la falta de experiencia de la dirección.
Toyota, que también anunció el miércoles la retirada de un millón de vehículos en Estados Unidos por un problema con los airbags, vio sus acciones caer un 4% en la bolsa de Tokio, tras haberse desplomado casi un 6% en la apertura.
Este nuevo escándalo llega en mal momento para el gigante automovilístico, que ya fue salpicado el año pasado por un incidente relacionado con pruebas inapropiadas en los motores del fabricante de camiones Hino, del que es accionista mayoritario.
Estos asuntos «podrían dañar la reputación de Toyota», cuyos directivos forman parte del consejo de administración de Daihatsu, afirmó Tatsuo Yoshida, analista de Bloomberg Intelligence, que cree sin embargo que no le perjudicarán a largo plazo.
En cambio, corregir el alcance de los fallos en la certificación de las pruebas de seguridad podría llevar un tiempo considerable y obligar a la empresa a detener la producción e indemnizar a sus proveedores y socios comerciales, señaló el especialista.
La investigación puso de manifiesto fallos profundamente arraigados en los procesos de producción de Daihatsu, identificando 174 irregularidades en 25 categorías de pruebas.
En total, 64 modelos de vehículos están afectados, fabricados para Toyota, Mazda y Subaru.