Nicolás Maduro: ¿puede Donald Trump, Elon Musk, la CPI, mercenarios internacionales o los militares venezolanos tumbarlo?
La consumación del robo de las elecciones que hizo Nicolás Maduro al posesionarse el pasado viernes 10 de enero, ha hecho que muchos se pregunten por qué es tan difícil sacarlo del poder. Y especialmente, si alguien puede ayudar a Venezuela a darle un empujón al dictador. Los escenarios no son fáciles, ninguno, pero hay quienes despiertan esperanza. Estos son algunos caminos:
1. Donald Trump y el gobierno de Estados Unidos
En el imaginario de muchas personas está una posible invasión militar de los Estados Unidos, como ha sucedido en el pasado en países del Medio Oriente, como cuando tumbó en Irak a Saddam Hussein, quien fue capturado por las fuerzas de ese país en 2003 y luego condenado a morir en la horca por la justicia iraquí. Y mucho más atrás en el tiempo, cuando el gobierno de George Herbert Walker Bush invadió Panamá en 1989 para capturar a su dictador, Manuel Noriega, y llevarlo a responder por narcotráfico en las cortes de ese país.
Pero el tiempo ha pasado y un escenario así hoy se ve poco probable. “El Gobierno de Estados Unidos subió la recompensa por Maduro y Cabello a 25 millones de dólares por cada uno y ha agregado al general Padrino López, cotejándolos con los líderes de los grupos terroristas en el Medio Oriente. Entre tanto, Trump ha llamado a González “presidente electo”, lo que hace prever que tomará una posición de confrontación con Venezuela, pero posiblemente no con el mismo fragor que en su anterior mandato”, asegura el excanciller y decano de la Universidad del Rosario, Julio Londoño Paredes.
Sin embargo, el exministro explica que Trump “ahora deberá enfrentar dos guerras con riesgo de que se constituyan en conflictos nucleares. Para no hablar de la situación con China, que cada vez ha asumido una actitud más belicosa respecto a Taiwán”.
Algo similar piensa el exprocurador de Venezuela, José Ignacio Hernández. “La nueva presidencia de Donald Trump ha generado mucho ruido por los argumentos, en favor y en contra, de volver a la política de la “máxima presión”. Aquí hay una gran confusión, pues esa “máxima presión” cedió hacia 2020, cuando el Departamento de Estado publicó una política oficial para promover la transición basada en acuerdos políticos con Maduro”, recuerda.
Hernández asegura que “el presidente electo Trump ha indicado que la política internacional de Estados Unidos debe orientarse hacia una suerte de no intervención, como recientemente lo reiteró con ocasión al conflicto en Siria. Por ello, creo que la política hacia Venezuela va a continuar, en cierto modo, donde se quedó, con el plan publicado en 2020?.
2. La intervención de la Corte Penal Internacional
Una decisión de la Corte Penal Internacional es bastante probable. Como explicó Carlos Arévalo, el decano de derecho de la Universidad de la Sabana, en SEMANA, “en el caso Venezuela, que fue sometido por Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú en 2018 ante la CPI, Uruguay se adhirió a finales de 2024, y Ecuador, el pasado 9 de enero, los acontecimientos de los últimos días se suman a la larga lista de hechos evaluados como crímenes de lesa humanidad”.
El experto considera que “es muy probable que este año se emita orden de detención contra Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Tarek William Saab, Vladimir Padrino López, los directores de la Guardia Nacional, del Sebin o de la Dirección de Contrainteligencia. Será clave que se logren evidenciar elementos para imputar a mandos medios como presuntos máximos responsables, porque aceleraría la fragmentación interna de las Fuerzas Militares, bastión de la dictadura”.
Sin embargo, lo que no es probable es una decisión de esa naturaleza logre sacarlo del poder. Maduro es un aliado de lo que en el mundo occidental se conoce como el eje de la resistencia, países apoyados por Irán que no atienden instrucciones de esas cortes ni pertenecen a su jurisdicción, y están dispuestos a resguardarse. Los límites de las CPI quedaron claros cuando esta emitió orden de arresto contra Vladimir Putin, por los crímenes cometidos en la guerra con Ucrania. Putin ha podido viajar a países aliados que no pertenecen a esa jurisdicción y sigue reinando en casa.
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