Mujer fue asesinada a palazos durante un robo en Zulia
Una mujer de 52 años de edad, identificada como Margot Aguilar Vera, fue asesinada a palazos por dos obreros en la finca La Esperanza, ubicada en el sector San Miguel en el municipio Catatumbo, en la zona Sur del Lago de Maracaibo, en las cercanías del río Zulia, durante el robo de 800.000 pesos colombianos.
Este hecho ocurrió el jueves 28 de enero en la unidad de producción ubicada en el kilómetro 9 de la vía Encontrados-Kilómetro 33 en el municipio fronterizo con Colombia.
De acuerdo con la información aportada por funcionarios del eje de investigación de homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), base Sur del Lago-San Carlos de Zulia, la dama se encontraba sola en su residencia cocinando el arroz para el almuerzo cuando fue sorprendida por los asaltantes. Los dos hombres le propinaron varias heridas a la dama con el objeto contundente hasta desfigurarle el rostro. Luego huyeron de la escena del crimen con el dinero en efectivo que venía reuniendo el esposo de la víctima para comprar una motocicleta.
Margot quedó tendida en la cama, en un charco de sangre. Cuando su esposo, Reinel Santiago Solano, de 62 años, llegó al rancho de cortar unos plátanos, olió el arroz quemado que estaba sobre la estufa de la cocina y acto seguido encontró a su esposa con múltiples heridas.
En medio de la confusión por lo ocurrido, corrió en busca de ayuda y, junto a otros vecinos, logró trasladarla hasta el hospital de Encontrados, que es la capital de ese municipio, sin embargo Aguilar Vera no resistió la golpiza y falleció en el trayecto.
Luego de conocerse el atroz hecho, una comisión de oficiales de la Guardia Nacional, la policía municipal de Catatumbo (Policat) y el Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez) se activaron en la búsqueda de los homicidas.
Una hora antes de la muerte de Margot, tanto Luis Alfredo Jiménez Piña, de 25 años como Anderson Antonio Salcedo Barroso de 30, vecinos de la infortunada, eran los únicos que habían rondado los alrededores de la finca La Esperanza, por cuanto fueron los primeros en ser buscados por las autoridades.
A los dos los encontró la comisión policial en la finca Santa María, ubicada en el mismo sector rural donde perpetraron el homicidio. Ambos se habían cambiado la ropa, incluso habían lavado los rastros de sangre divisados en las prendas de vestir.
La camisa de uno de ellos fue escondida pero aún tenía rastros de visible linfa. Además, en los pantalones de ambos obreros permanecía intacto el rastro sangriento del delito. Los dos dijeron a los agentes que la sangre correspondía a unas iguanas que habrían sacrificado pero en los alrededores no había animales muertos. Esta inconsistencia en el testimonio inicial arruinó su falsa coartada.
Reinel, el esposo de Margot, también declaró al Cicpc que además de su esposa, Luis Alfredo era el único que sabía sobre la existencia del dinero en moneda extranjera. Ese dinero lo guardaba en una gaveta de la única habitación de la vivienda de latas.
El dueño de la finca, que lleva una década establecido en esa zona, le manifestó en varias ocasiones al ahora homicida su intención de comprar una motocicleta. En base a que Jiménez Piña manejaba esa información, también lo vincula al asesinato. Los detectives presumen que los dos jóvenes robaron el dinero y al verse descubiertos por Margot la asesinaron por ser testigo del robo. Según las pesquisas, determinaron que Margot fue asesinada con saña debido a que en su rostro había profundas heridas, así como en otras partes de su cuerpo.
Margot era colombiana de nacimiento. No le gustaba el ajetreo de la cuidad y desde hacía tres años se trasladó al Zulia para acompañar a su marido en las labores de campo.
«Ella era una mujer trabajadora que siempre oraba por sus hijos; decía que nos cuidáramos y más en la ciudad, pero curiosamente murió en el campo, en un sector donde ningún hecho de importancia ocurre, en el que pensamos que no corría peligro y allí la asesinaron. Uno a lo mejor imaginaba que moriría de la tensión o el corazón, porque sufría de eso y terminaron con su vida», dijo René Santiago, hijo de la víctima, este viernes 29 de enero a las afueras de la morgue del hospital Santa Bárbara y quien al conocer la noticia se trasladó desde Caracas a sepultar a su progenitora. El era uno de los cuatro hijos de Margot. También está Jaime y dos hermanas que viven en Colombia.
«Esperamos que estos sujetos no salgan nunca más de la cárcel. Nosotros hasta los conocíamos. A veces yo me comunicaba con ellos para saber sobre mis padres porque no tenían WhatsApp. Ellos me decían que estaban bien y terminaron matándola de esa manera», dijo.
Los dos detenidos serán presentados ante los tribunales de la zona Sur del Lago por los delitos de robo agravado y homicidio. Los detectives aún esperan localizar el arma homicida. Presumen se trata del tronco de un árbol. El dinero robado tampoco ha sido localizado.
Con información de El Pitazo