Miguel Cabrera recibe homenaje por parte de los Marlins en su visita a Miami
Miguel Cabrera, el joven venezolano que hizo historia en su debut en las Grandes Ligas con los Marlins de Miami en 2003 al disparar su primer jonrón en el máximo escenario y cerrar la temporada como campeón mundial con el equipo, es una de las muchas historias de éxito, perseverancia y determinación que el béisbol ha regalado a lo largo de los años.
A pesar de su sólido rendimiento en las ligas menores ese año, la promoción de Cabrera a las Grandes Ligas estuvo en duda debido a que el jugador venía jugando en la antesala en las menores y los Marlins ya tenían a un tercera base estelar en Mike Lowell. Algunas personas dentro de la organización se oponían a su promoción a las Grandes Ligas, lo que generó controversias.
Fue entonces cuando Jack McKeon, el mánager de los Marlins durante ese camino al campeonato, tuvo una gran discusión con la organización para convencerlos de que Cabrera debía ser promovido. A pesar de las dudas, Cabrera fue subido al equipo. Sin embargo, en sus primeros cuatro turnos en el “Big Show”, no tuvo suerte y no logró conectar.
Pero en su siguiente turno, Cabrera demostró su gran talento al despachar un bambinazo de dos rayitas para dejar en el terreno a Tampa Bay, marcando el primero de más de 500 vuelacercas que ha sacudido el cuatro veces campeón bate desde entonces. A partir de ahí, Miguel Cabrera se convirtió en una estrella de las Grandes Ligas, llena de momentos históricos y logros impresionantes.
Ha ganado dos premios al Jugador Más Valioso de la Liga Americana, ha obtenido cuatro títulos de bateo, ha sido seleccionado para 11 Juegos de Estrellas y ha ganado dos Series Mundiales. Su legado en el béisbol es indudable y su carrera será recordada por muchos años.
Los Marlins de Miami planean realizar una ceremonia de homenaje a Cabrera en lo que será la última visita del venezolano como pelotero activo a la ciudad. Será una oportunidad para que los fanáticos y la organización rindan homenaje a un jugador que ha dejado una huella imborrable en la historia del béisbol, no solo por su talento en el terreno de juego, sino por su carisma y humildad fuera de él.