Luis Rubiales afirma que Jenni Hermoso se despidió ‘muerta de risa’ después del beso polémico
Luis Rubiales, el nombre que ha resonado en los titulares desde aquel fatídico agosto, se encuentra inmerso en una vorágine de controversia tras protagonizar un beso no consentido con Jenni Hermoso, talentosa jugadora de la Selección Española de Fútbol Femenino, durante la apoteósica celebración de la Copa del Mundo en tierras australianas y neozelandesas.
La destitución de Rubiales como presidente de la prestigiosa Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha sido solo el comienzo de su travesía hacia el ojo del huracán. Ahora, debe comparecer ante las autoridades competentes, quienes escudriñan minuciosamente cada detalle de este caso que ha desatado una marea de controversia y ha encendido el debate sobre la violencia contra la mujer en el ámbito futbolístico.
Las imágenes de aquel beso polémico y la actitud cuestionable de Rubiales han dado la vuelta al mundo, generando una tormenta mediática sin precedentes. Durante su comparecencia ante el juez en la imponente Audiencia Nacional, Rubiales esbozó su versión de los hechos, tratando de desvanecer las sombras que se ciernen sobre su reputación.
Con convicción, declaró que aquel fue un gesto espontáneo y natural entre dos almas que habían compartido innumerables momentos a lo largo del tiempo. Según sus propias palabras, no había motivo alguno para pedir perdón, pues ambos irradiaban felicidad en aquel instante efímero. Además, en un intento por justificar su comportamiento, hizo alusión a gestos similares que había tenido con otros jugadores en ocasiones previas, subrayando que aquel beso fue solo una muestra de efusividad y camaradería pública.
El juez, implacable en su búsqueda de la verdad, interrogó a Rubiales sobre si había respetado el consentimiento de Jenni al darle aquel beso. Con seguridad en sus ojos, Rubiales respondió afirmativamente, mencionando con orgullo que Jenni se despidió de él entre risas y con unas suaves palmaditas en su costado. No obstante, el juez, como un sabueso tras la pista, no cesó en su empeño y volvió a indagar acerca del consentimiento de aquel efímero encuentro. Inquebrantable en su defensa, Rubiales reiteró que aquel beso brotó de manera natural durante un abrazo efusivo en medio de la efervescencia de la celebración del Mundial. Según sus palabras, Jenni, con pleno conocimiento de sus intenciones, le otorgó su consentimiento antes de que sus labios se encontraran.
Rubiales, con su verbo elocuente, agregó que, minutos después de aquel instante fugaz, fue alzado en el aire por un grupo de personas, quienes, contagiados por la euforia y la alegría de la victoria mundialista, lo elevaron en medio de vítores y aplausos. En ese momento, envuelto en la efervescencia del triunfo, no se detuvo a cuestionar los toques físicos que acompañaron aquel júbilo compartido.
Por último, Rubiales lanzó un dardo certero hacia las afirmaciones de Jenni Hermoso, quien ha declarado que él tiene dos hijas. Con una sonrisa irónica, el expresidente de la RFEF aclaró que, en realidad, son tres las bendiciones que iluminan su vida paterna.
Así, el enigma en torno al beso no consentido de Luis Rubiales y Jenni Hermoso continúa haciendo eco en los pasillos del fútbol y en la conciencia colectiva. La sombra de la controversia se cierne sobre este caso, mientras las autoridades continúan su escrutinio y la sociedad se debate entre el reproche y la comprensión.