La madre del sargento GNB Juan Carlos Monasterios es imputada por terrorismo
En el majestuoso escenario de la justicia, se desenvuelve un oscuro telón en el caso de la detención y desaparición forzada de Yosida Vanegas, mientras el abogado Alberto Mamoine emerge como un incansable defensor de la verdad y la justicia. Con firme determinación, Mamoine ha confirmado el inicio del proceso judicial en contra de Vanegas, revelando que se le han imputado delitos contemplados en la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.
En su ardua lucha por la justicia, Mamoine rememora la enérgica presentación de un habeas corpus y una acción de amparo constitucional el pasado domingo 20 de agosto. Sin embargo, su búsqueda de justicia se ve abruptamente interrumpida por el dictamen del juez del Tribunal Primero de Control, quien determina que el amparo no procede. Agravando aún más la situación, las autoridades niegan a Mamoine el acceso al expediente de Vanegas y celosamente ocultan su paradero actual.
En medio de este laberinto de incertidumbre, Mamoine arroja luz al revelar que Yosida fue llevada ante el Tribunal Segundo de Control, donde se le imputaron los delitos de asociación para delinquir y financiamiento del terrorismo. Sin embargo, el nombre del defensor público asignado a su caso permanece envuelto en un misterio, añadiendo una capa adicional de opacidad a este intrincado entramado legal.
En el corazón del Ministerio Público, Mamoine obtiene información crucial: el proceso judicial se llevó a cabo el 18 de agosto, sumiendo a los familiares de Vanegas en una angustia que se prolonga por doce días. Yosida, una mujer de 67 años de edad, fue apresada el 15 de agosto mientras transitaba por la pintoresca región andina de Venezuela, en La Pedrera. Su vínculo con el trágico intento de magnicidio que Nicolás Maduro sufrió el 4 de agosto de 2018 emerge a través de su hijo, Juan Carlos Monasterios, un sargento mayor de primera de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quien actualmente cumple una condena de 30 años de prisión por su presunta implicación en dicho suceso.
En medio del torbellino de la justicia, Alberto Mamoine se erige como un faro de esperanza, luchando incansablemente para desentrañar la verdad y asegurar la justicia en el caso de Yosida Vanegas. Mientras los días se desvanecen en la angustia que embarga a los familiares, el destino de esta mujer se mantiene envuelto en un velo de oscuridad, desafiando a aquellos que claman por su liberación y exigen respuestas inequívocas. En el horizonte, se vislumbra la imperante necesidad de una investigación minuciosa y exhaustiva que revele la verdad detrás de esta trágica historia de detención y desaparición forzada.