Estos son los 6 integrantes de la realeza europea contagiados de coronavirus
Alberto de Mónaco hizo sonar todas las alarmas cuando se convirtió en el primer príncipe que se contagió de COVID-19. A mediados de marzo, apenas dos días después de haber dado un mensaje de agradecimiento a los ciudadanos monegascos y al personal sanitario del Principado, su gabinete de Comunicación hizo el inesperado anuncio. “Su Alteza Real el Príncipe Alberto II de Mónaco, que se había sometido a principios de semana a una prueba, ha dado positivo en Covid-19. Su estado de salud no es motivo de preocupación. El príncipe soberano está recibiendo un seguimiento cercano por parte de su médico y especialistas del Centro Hospitalario Princesa Grace“.
Una vez confirmado el diagnóstico positivo del hijo mayor del rey Raniero III y Grace Kelly, el Soberano se aisló en su Palacio pero no dejó de trabajar de manera remota. Sin embargo, crecía el temor por el posible contagio de su mujer, la princesa Charlene, y de sus hijos Jacques y Gabriella. Por prevención, la ex nadadora sudafricana y los pequeños príncipes se mudaron al palacio de verano de Roc Agel, a pocos kilómetros de Montecarlo.
Afortunadamente, Alberto de Mónaco -que el 14 de marzo cumplió 62 años- sólo presentó un ligero cuadro gripal acompañado de fiebre, tos, refrío y mareos. Su mujer, de 42 años, dio negativo al test.
Durante el tiempo que duró su aislamiento, el Soberano le pidió a los monegascos que respeten las medidas de confinamiento y que limiten al mínimo los contactos personales. “Solo la observación rigurosa de estas reglas permitirá frenar la propagación del coronavirus”, expresó en un comunicado.
Apenas seis después del diagnóstico positivo de Alberto de Mónaco, se confirmó el caso del príncipe Carlos, heredero al trono británico. A los 71 años, el hijo mayor de la reina Isabel II del Reino Unido y el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, ocupó la portada de todos los diarios y se marchó al castillo de Balmoral, en Escocia, para cumplir con la cuarentena. Sin embargo, sólo tuvo síntomas leves, como pérdida del gusto y del olfato.
Su mujer, Camilla Parker Bowles, de 72 años, también fue testeada y pasó la cuarentena separada de su esposo. Sin embargo, al igual que ocurrió con la princesa Charlene, la duquesa de Cornualles tampoco se infectó.
Una vez que el príncipe Carlos se recuperó, Alberto de Mónaco salió a desmentir los rumores que aseguraban que, en una reunión ocurrida en Londres el 10 de marzo, habría contagiado con su saludo al heredero a la corona británica. El Soberano aseguró que en ningún momento se dieron la mano en un encuentro para empresarios de la fundación que preside Carlos y que ambos permanecieron alejados todo el tiempo.
El 26 de marzo, el coronavirus se cobró a la primera víctima fatal de la realeza: a los 86 años, la princesa María Teresa de Borbón-Parma, prima del rey Felipe VI y miembro de la familia Borbón-Parma -que durante años fue pretendiente al trono de España- murió en París. Conocida como “la princesa roja”, murió en el Hôpital Cochin de la capital francesa pero fue sepultada en Madrid.
María Teresa era hija de Magdalena de Borbón Busset y de Francisco Javier de Borbón y Braganza, príncipe de Parma y de Plasencia, quien se reivindicaba como heredero legítimo de la corona española.
Con profundo dolor, su hermano Sixto Enrique de Borbón -cabeza visible del carlismo tradicionalista- anunció su deceso a través de un comunicado: “Don Sixto Enrique de Borbón comunica que en la tarde de este jueves 26 de marzo de 2020 ha fallecido en París, a los ochenta y seis años de edad, su hermana María Teresa de Borbón Parma y Borbón Busset, víctima del coronavirus COVID-19. Don Sixto Enrique se encuentra muy apenado y ruega oraciones por el eterno descanso de su hermana. Mañana viernes en Madrid oficiará un funeral el Rvdo. y Excmo. Sr. D. José Ramón García Gallardo, oficial de la Orden de la Legitimidad Proscrita”.
En una biografía publicada en 2002 y titulada “La princesa roja”, el historiador especialista en el carlismo, Josep Carles Clemente, destacó “su vehemente defensa de los más necesitados y de la democracia”.
Carlos de Habsburgo-Lorena es pretendiente a archiduque de Austria, miembro de la ex familia imperial -hoy no reinante- y nieto del último emperador de ese país, Carlos I de Austria y IV de Hungría, ya que su abuelo también fue rey de Hungría y de Bohemia.
A los 59 años, el jefe de la Casa Imperial de Austria y Real de Hungría y Bohemia, dio positivo al test de COVRealeID-19. Tras su recuperación, Carlos de Habsburgo-Lorena contó que se sintió mal durante una semana, pero no le dio importancia ya que creyó que se trataba de una simple gripe. Pero después de enterarse que un amigo -con quien había participado de un congreso en Suiza- estaba infectado, se hizo el examen de COVID-19.
Al conocer el resultado positivo del test, el ex marido de la baronesa Francesca von Thyssen-Bornemisza (hija del barón Han Heinrich von Thyssen-Bornemisza y de su segunda mujer, Fiona Frances Elaine Campbell- Walter) se aisló en su mansión ubicada en la región de Baja Austria, Salzburgo. Actualmente, se encuentra totalmente recuperado y en perfectas condiciones de salud.
El caso del príncipe Joaquín de Bélgica, archiduque de Austria-Este, terminó en un gran escándalo, cuando se conoció que había violado la cuarentena instaurada en su país para viajar a Córdoba, en España y asistir a una fiesta con 26 personas. Los rumores aseguran que el objetivo del sobrino del rey Felipe de Bélgica era reencontrarse con su novia, Victoria Ortíz, hija de un poderoso empresario español del sector de la agroindustria. La pareja se conoció en 2014 en el Parlamento Europeo.
A los pocos días de su imprudente viaje, el hijo de la princesa Astrid de Bélgica y del archiduque Lorenzo de Austria-Este, comenzó con un ligero malestar y dio positivo al test. Joaquín, de 28 años, nunca pudo justificar fehacientemente cómo había salido de su país, ya que las fronteras se encontraban cerradas.
Su conducta imprudente le costó, no sólo el repudio de toda Europa, sino que debió permanecer aislado durante dos semanas en España, donde se le dio intervención a la Policía Nacional y tuvo que pagar una multa de 10.400 euros.
La Casa Real belga ya había sido noticia por el coronavirus cuando el príncipe Lorenzo, hermano del rey Felipe, anunció que su esposa, la princesa Clara, estaba infectada de COVID-19. La mujer, de 46 años, manifestó síntomas graves ya que sus defensas estaban bajas debido a que, desde hace unos meses, transita una delicada enfermedad.
Con información de CCNoticias