“Esa cultura del narco no nos define”: El mito de Pablo Escobar en Medellín
En el distinguido barrio de El Poblado en la ciudad de Medellín, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por erradicar la imagen violenta que la ha caracterizado en el pasado, aproximadamente treinta personas visitan diariamente un museo que rinde homenaje al narcotraficante más notorio del mundo, Pablo Escobar. El propietario de este establecimiento, Nicolás Escobar, sobrino del capo, recibe a los turistas en una casa blanca que evoca una atmósfera de café o restaurante. Allí, les relata la historia de cómo se guardaba parte de la fortuna del capo, aunque él nunca vivió en dicha propiedad. Posteriormente, invita a los visitantes a adquirir entradas que tienen un valor de 120,000 pesos colombianos (aproximadamente 29 dólares) para luego llevarlos a una tienda de recuerdos donde pueden comprar camisetas, cinturones, bolsas de café y otros artículos con la imagen de Pablo Escobar. Además, otro personaje les pide a los turistas que repitan la famosa frase “plata o plomo” antes de entrar al museo.
Recientemente, las autoridades locales ordenaron la demolición de otro museo dedicado a Escobar en la ciudad, el cual estaba administrado por Roberto Escobar Gaviria, el segundo al mando del Cartel de Medellín, la organización criminal que lideraba su hermano menor, Pablo. Nicolás Escobar, hijo de Roberto y dueño del museo actualmente en funcionamiento, ha manifestado que él y su padre habían instalado una especie de museo en su hogar, pero que posteriormente se distanciaron y cada uno siguió con su propio establecimiento. Nicolás cuenta con todos los permisos legales necesarios para tener un establecimiento de esta naturaleza, no obstante, su museo ha sido objeto de críticas al ser considerado una apología a Pablo Escobar y su vida relacionada con el narcotráfico.
Las autoridades locales han desplegado grandes esfuerzos por borrar la imagen de Pablo Escobar como un señor del narcotráfico y evitar que siga siendo un atractivo turístico de la ciudad. Desde la Alcaldía se promueve un turismo que refleje la realidad actual de Medellín, destacando el presente cultural que vive la ciudad y su futuro promisorio. Según Cristian Daniel Aguirre Henao, secretario de la No Violencia de Medellín, estos museos fomentan un estilo de vida en el que el dinero fácil es prioritario sobre cualquier otra cosa, y enaltecen a aquellos que solo promovieron la guerra en Colombia. La administración local busca que estos espacios sean construidos como lugares de paz y no como lugares que revictimicen a aquellos que han sufrido las consecuencias de las dinámicas del Cartel de Medellín.