En Venezuela sólo se condenan el 20% de los casos de abuso infantil
La destacada socióloga y prestigiosa miembro de la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes, Carla Serrano, ha emitido una preocupante advertencia: únicamente el 20% de los casos de abuso sexual en contra de menores de edad en Venezuela termina siendo condenado, lo que indica que la impunidad judicial sigue siendo un flagelo persistente en el país. De acuerdo con el Ministerio Público, en lo que va del año se han registrado 7,174 casos de este delito, lo que significa que, en promedio, un infante es víctima de abuso sexual cada hora en territorio venezolano. Serrano ha señalado con preocupación que los estados de Carabobo, Zulia, Táchira y La Guaira son los que presentan una mayor tasa de casos de abuso sexual infantil.
Lamentablemente, muchos pequeños se ven obligados a guardar el secreto de estos atroces incidentes, ya que son víctimas de violaciones y temen represalias. Según Serrano, el 40% de las víctimas de abuso sexual son adolescentes de entre 12 y 17 años, mientras que el 30% corresponden a niños de seis a 11 años. En este sentido, la socióloga ha destacado que hablar abierta y honestamente sobre sexualidad con los niños y niñas es crucial para prevenir este tipo de abusos.
El abogado de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), Carlos Trapani, ha subrayado que la prevención es la clave para evitar el abuso sexual y se tiene que evitar a toda costa la impunidad. Es fundamental proporcionar un proceso integral de justicia que evite que los hechos no se repitan y que la víctima esté acompañada emocionalmente. Desde Cecodap se enfatiza en la necesidad de hablar con los niños y niñas sobre los factores de riesgo y el abuso sexual, para que ellos mismos sean capaces de identificar situaciones potencialmente peligrosas. Además, es necesario estar atentos a los cuidadores y establecer un ambiente seguro y de confianza para que los pequeños se sientan en la libertad de hablar abiertamente sobre cualquier situación que los haga sentir incómodos. En definitiva, la prevención es el camino a seguir para erradicar este flagelo social y proteger a los más vulnerables de nuestra sociedad.