Elon Musk enfrenta acusaciones por la muerte de monos debido a los implantes cerebrales de Neuralink
En un sorprendente giro de los acontecimientos, Neuralink, la innovadora empresa fundada por el visionario empresario Elon Musk, se enfrenta a una demanda legal presentada por el Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM), una destacada organización estadounidense que aboga fervientemente por la ética en la investigación médica y se opone rotundamente al uso de animales en experimentos. La demanda, presentada ante la prestigiosa Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, acusa a Neuralink de haber “sacrificado” a un mínimo de doce monos jóvenes y sanos en el marco de su controvertido proyecto para desarrollar implantes cerebrales destinados a tratar lesiones neurológicas y de la médula espinal.
Las impactantes acusaciones presentadas en esta demanda encuentran su origen en una publicación realizada por Musk en su cuenta de la red social X el pasado 10 de septiembre, en la cual afirmaba enfáticamente que “ningún mono ha perdido la vida” como consecuencia de los experimentos llevados a cabo por Neuralink. Sin embargo, el informe presentado por el PCRM pinta un cuadro sombrío en el cual los primates implicados en dichos experimentos sufrieron diversas complicaciones, entre ellas diarrea con sangre, parálisis parcial y edema cerebral, lo que finalmente condujo a su sacrificio.
Uno de los casos más alarmantes descritos en la denuncia se centra en un valeroso mono macho cuya vida fue truncada cuando el implante craneal de Neuralink se aflojó, desencadenando una infección mortal. Además, se hace mención del caso conocido como ‘Animal 15’, el cual experimentó comportamientos anormales, como golpearse la cabeza contra el suelo sin motivo aparente, temblores incontrolados y dificultad para coordinar movimientos, después de la colocación del mencionado implante. Lamentablemente, este ejemplar tuvo que ser sacrificado y la autopsia reveló la presencia de una hemorragia cerebral importante, así como daños significativos en su corteza cerebral, ocasionados por el implante.
En un intento por justificar estas tragedias, Musk, en su controvertida publicación en X, afirmó que los primates en cuestión se encontraban en un estado terminal, al borde de la muerte debido a su avanzada edad. Sin embargo, un antiguo empleado de Neuralink, cuyo nombre se mantiene en el anonimato, ha desmentido categóricamente estas afirmaciones, revelando que los experimentos con animales comenzaron un año antes de la realización de la primera cirugía, contradiciendo así la versión presentada por Musk.
Esta demanda ha surgido en un momento sumamente delicado, ya que Neuralink anunció recientemente el inicio del reclutamiento de voluntarios para participar en un ensayo clínico pionero, donde se probarán los implantes cerebrales en seres humanos con tetraplejia. Este anuncio ha despertado tanto esperanzas como controversias en el ámbito científico y ético.
Tanto la comunidad científica como la opinión pública aguardan con gran expectación el desarrollo de este caso legal, el cual pondrá a prueba tanto la responsabilidad de Neuralink como el enfoque ético que guía a la comunidad científica en general en su incansable búsqueda de avances médicos.