Denuncia del abogado: John Álvarez fue torturado y coaccionado para acusar a dos personas
El abogado de renombre, Joel García, ha dado a conocer una denuncia que revela una perturbadora trama de tortura y falsas acusaciones en el caso del estudiante John Álvarez. Álvarez, víctima de una oscura conspiración, fue sometido a terribles tormentos con el objetivo de obligarlo a inculpar a Carlos Salazar y Carlos Julio Rojas en un supuesto acto de colocación de explosivos en una importante autopista de Caracas.
Este joven estudiante de Antropología en la prestigiosa Universidad Central de Venezuela se vio repentinamente en los tribunales el pasado 4 de septiembre, enfrentando cargos por “conspiración y asociación” que han trastocado su vida y futuro. Sin embargo, el abogado García ha presentado una contundente afirmación: la supuesta conexión entre Álvarez y los seis sindicalistas previamente condenados a 16 años de prisión es una ilusión creada con malicia. Alcides Bracho, Gabriel Blanco, Emilio Negrín, Reynaldo Cortés, Néstor Astudillo y Alonso Meléndez, víctimas de su propia injusticia, ahora ven sus nombres asociados al de Álvarez en un intento retorcido de ensombrecer su inocencia.
El caso adquiere matices aún más oscuros cuando se revela que las pertenencias de Álvarez, incluyendo su motocicleta, reloj y cadena, han desaparecido misteriosamente tras su detención, sin dejar rastro en el acta de aprehensión. Este detalle no puede ser pasado por alto, ya que alimenta sospechas de una trama cuidadosamente concebida.
Durante la audiencia, el abogado García hizo eco de las torturas infligidas al desafortunado Álvarez, proporcionando nombres y características físicas de los presuntos perpetradores. El estudiante universitario, arrestado el 30 de agosto por agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), estuvo desaparecido durante 24 horas antes de ser llevado al Palacio de Justicia el 1 de septiembre, donde su audiencia fue pospuesta hasta el 4 de septiembre.
En declaraciones a la agencia Efe, García detalló las atrocidades que, según él, sufrió Álvarez. El joven fue sometido a interrogatorios implacables y amenazado con obtener su libertad a cambio de traicionar a dos personas. Además, se afirma que fue sometido a golpizas, descargas eléctricas en la espalda, costados y testículos, y golpeado con maderas.
García también explicó que el estudiante fue coaccionado para hacer una declaración frente a la cámara de un teléfono celular, incriminando a los ciudadanos Carlos Salazar, sindicalista reconocido, y Carlos Julio Rojas, destacado periodista. Según la acusación, Salazar habría supuestamente persuadido a Álvarez para que participara en la colocación de explosivos en la autopista Valle-Coche, mientras que Rojas sería el líder de los cierres de calles y las manifestaciones en la parroquia La Candelaria. Sin embargo, estas acusaciones deben ser examinadas con cautela, ya que surgen de un contexto de manipulación y sufrimiento, donde la verdad se distorsiona y el engaño se convierte en un arma mortal.
Este caso se suma a las denuncias previas del periodista y activista político Carlos Julio Rojas, quien ha sido blanco de intentos de encarcelamiento por parte de funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Una trama siniestra que amenaza la integridad de aquellos que alzan su voz contra la injusticia y luchan por la verdad. Organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Provea, han expresado su preocupación y han advertido sobre la creciente ola de detenciones arbitrarias de activistas, líderes sindicales, trabajadores y estudiantes en Venezuela. Tanto las autoridades de la Universidad Central de Venezuela como los estudiantes han condenado enérgicamente la detención de Álvarez, exigiendo su liberación inmediata y clamando por justicia en un país donde la impunidad amenaza los cimientos de la democracia.