#ConoceLoNuestro Conoce las Cuevas de Kavac, belleza que se esconde en Canaima
En Porlavision, a propósito de la cuarentena masiva decretada por Nicolás Maduro, haremos un recorrido por sitios históricos y turísticos de Venezuela y de Sudamérica, y partes del mundo, para resaltar datos y curiosidades de los mismos. Hoy, LAS CUEVAS DE KAVAC.
En el Parque Nacional Canaima está Kavac, una cueva llena de encantos que enamora a quienes la visitan. La gruta está formada por paredes de roca de más de 150 metros de altura, por cuyos resquicios pasan algunos rayos caprichosos de sol que generan en el agua de la cascada de Kavak inimaginables destellos.
La caída de agua llena de vida el interior de la cueva, cuya formación rocosa es de lo más curiosa Kavac es un paraíso poco nombrado, pero no por esto menos atractivo, al contrario, su pureza y el escaso impacto ambiental que ha tenido con los años lo hacen más especial para los turistas, que privilegiados prefieren elegir este destino que seguro no los defraudará.
Además de contar con una vista espectacular, y la paz de estar a escasos metros de uno de los tepuyes más citados del mundo entero como lo es el Auyantepuy, cuna del Salto Ángel, se puede disfrutar si duerme en el campamento de los bailes tradicionales de los aborígenes, quienes se preparan para la ocasión rememorando a sus ancestros.
Rutas para llegar
Para llegar a la gruta de Kavac primero hay que irse hasta Pto. Ordaz, Ciudad Bolivar o Santa Elena de Uairén. Si se va por tierra via La Gran Sabana, aproveche de ver todas las bellezas que hay a lo largo de la vía, esto sin contar la innumerable cantidad de artesanías típicas.
La única manera de arribar hasta la comunidad indígena de Kavak es por aire a bordo de avionetas tipo Cessna o algún otro transporte que pueda aterrizar en la rudimentaria pista de la zona. Luego de esto viene un recibimiento por parte de los guías que lo conducirán a lo largo de un camino variado donde las plantas insectívoras, y demás flora, están presentes.
La aventura estará a la orden del día, al principio el trayecto es sencillo pero al pasar las escaleras naturales de raíces y las piedras del río que dan nombre a la gruta el paseo se hace mucho más emocionante hacia la cueva. Si los turistas quieren pueden bañarse en diferentes pozos, uno de ellos es denominado el “pozo de los enamorados” ya que para acceder a él hay que sumergirse en el agua y pasar por debajo de una roca; cuando el río crece hay que tener cuidado porque el paso por la piedra podría ser fatal.
De tomarse las recomendaciones de los guías todo será diversión, la caminata no es monótona, por el contrario, pareciera que siempre se atraviesan sitios distintos y en el momento menos pensado se está a pocos metros de la meta.
La primera señal es una cuerda puesta por uno de los escaladores para ayudar a quienes visitan el lugar, mojarse es obligatorio así que si lleva cámaras fotográficas no se preocupe porque en el campamento “Kava Yeuta” tienen bolsas impermeables donde meter los objetos importantes como las filmadoras y las cámaras, además los guías pemones están siempre pendientes de su bienestar colmándolos de atenciones y cuidados.
Al pasar las frías y refrescantes aguas del río lo que viene es más y más agua, las cuerdas ofrecen seguridad a quienes no sepan nadar y es una buena herramienta en caso de un imprevisto. Pasado el tramo fluvial se camina un poco por entre las piedras y se llega por fin a las paredes que sirven de antesala al salto La Golondrina de Kavak, el cañón deja un pequeño espacio por donde se cuelan los destellos del sol que guían a los visitantes en su travesía.