Crisis alimentaria en Latinoamérica es protagonizada en un 50% por venezolanos
Con la crisis alimentaria, Haití, Venezuela y los connacionales en Colombia y Ecuador fueron los principales afectados en América Latina y el Caribe.
Crisis alimentaria en Latinoamérica es protagonizada en un 50% por venezolanos. Según informe de la Seguridad Alimentaria de Emergencia del PMA al menos 9,3 millones de venezolanos padecieron inseguridad alimentaria aguda y necesitan asistencias.
De estos, 2,4 millones fueron considerados con inseguridad alimentaria severa y 7 millones inseguridad alimentaria moderada hasta febrero de 2020.
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Aunque Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo, 2019 marcó el quinto año consecutivo de profunda recesión por su economía.
Crisis económica en Venezuela
En 2019, los precios de los alimentos en el país subieron más de 8.000%, lo que refleja la depreciación de la moneda.
Asimismo, la importación de alimentos se incrementó ante su dependencia, pero al mismo tiempo disminuyeron los ingresos en divisas y esto generó que la escasez de alimentos se hiciera más apremiante.
En abril de 2019, el salario mínimo se estimó en 7 dólares mensuales y solo cubría el 4,7% de la canasta básica de alimentos.
Migrantes venezolanos
En Colombia, 345.000 migrantes venezolanos padecían inseguridad alimentaria grave y 546.000 padecían inseguridad alimentaria moderada en 2019.
En Ecuador, 100.000 venezolanos fueron severamente alimentos inseguros y 192.500 eran moderadamente inseguros de alimentos. Se estima que 92.000 tenían marginalmente seguridad alimentaria.
Nutrición en Venezuela
El régimen de Nicolás Maduro no ha publicado datos de nutrición desde 2007. Unicef recopiló información sobre el estado nutricional de 100.000 niños menores de 5 años, embarazadas y lactantes mujeres en 16 estados en 2019. Encontró 6,3% de niños dentro de este grupo fueron considerados un GAM.
En 2019, cuatro grandes apagones nacionales dejaron la mayoría del país sin electricidad durante varios días. Las interrupciones de energía, junto con la escasez de medicamentos y equipos, y éxodo masivo de trabajadores de la salud y especialistas, han llevado al sistema de salud al borde del colapso.
Pacientes hospitalarios, muchos de los cuales ya son críticos enfermo– tienen un mayor riesgo de adquirir nuevas infecciones mientras están en el centro de salud, debido a la falta de suministros básicos de limpieza.
La desintegración de los servicios afecta desproporcionadamente a la mayoría vulnerable, incluyendo poblaciones indígenas, niños menores de 5 años, mujeres embarazadas y lactantes, adolescentes, aquellos con enfermedades crónicas y no transmisibles enfermedades y ancianos.
Con información de El Nacional
