Costa Rica y Paraguay producen 99 % de electricidad con energía solar y eólica: Cero apagones
Ni Costa Rica ni Paraguay producen petróleo. Son dos países más pequeños que Venezuela pero donde el llamado «milagro verde» ha generado otro: casi nunca sufren de apagones de luz porque, en ambos casos, han decidido producir electricidad a partir de fuentes de energía renovables, como la hidroeléctrica, la solar, los parques eólicos y la geotérmica, esa que utiliza el calor del interior de la tierra para obtener electricidad, agua caliente y calefacción, todo métodos naturales como alternativa al petróleo.
Costa Rica es considerada en la actualidad como un ejemplo mundial de la llamada «economía verde», porque ha hecho de la sostenibilidad ambiental una prioridad nacional, invirtiendo en «energías limpias» como la hidroeléctrica, la geotérmica, la solar y la eólica, buena parte del presupuesto. Las cifras del Centro Nacional de Control de Electricidad (CENCE) y del Instituto de Control de Electricidad de Costa Rica, señalan que, este año, el 98 % de la electricidad se generó a partir de fuentes renovables. Esto ha generado independencia energética del petróleo, lo que ha reducido significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero del país, así como también ha permitido destinar el gasto en la compra de petróleo hacia otros sectores de la economía.
Por su parte, Paraguay estableció metas de energía renovable en su Plan Nacional de Desarrollo 2014-2030, para alcanzar 60 % de energía renovable en el consumo total para el año 2030. Para ese mismo año, Paraguay apunta a reducir en 20 % la proporción de combustibles fósiles en su consumo total de energía.
Tendencia a la que aspiran a sumarse Chile, Uruguay y Brasil, donde las energías renovables ya satisfacen casi 45 % de la demanda de energía primaria. Allí, las grandes centrales hidroeléctricas representan alrededor del 80 % de la generación eléctrica nacional, lo que convierte a la matriz eléctrica brasileña en una de las más limpias del mundo, donde también está creciendo la energía eólica (terrestre y marina) y la bioenergía.
Pero no son solamente los países del tercer mundo los interesados en utilizar la energía verde y «sembrar» paneles solares y parques eólicos en su territorio: China se ha convertido en la principal potencia mundial en materia de energía limpia, ya que ha llevado a cabo una veloz capacidad renovable de energía verde con miras a dominar las cadenas de suministro en su propio país.
Y otro grande, al menos en población, como India también ha comenzado a utilizar esos sistemas para cubrir la demanda de energía durante las próximas tres décadas, mientras en varios países de Europa, tras la invasión de Rusia a Ucrania -lo que hizo que los precios del petróleo alcanzaron máximos históricos- también han comenzado a considerar a la seguridad energética en sus agendas políticas para reducir drásticamente sus importaciones de combustible de Rusia y, al mismo tiempo, avanzar hacia los objetivos climáticos.
Y todo mientras la venta y refinación de petróleo se hace cada vez más cara y compleja, otro argumento de venta para quienes aspiran a un planeta más limpio.