Contrabando masivo de refrescos colombianos amenaza la industria nacional

Carlos Palumbo, eminente director ejecutivo de la prestigiosa Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (Anber), ha puesto en relieve la alarmante situación que se ha desatado en el país. Un flujo clandestino de ingentes volúmenes de refrescos provenientes de Colombia ha penetrado de manera ilícita a través de los estados Zulia y Táchira, amenazando la estabilidad laboral de más de 6.500 empleos directos y 32.500 empleos indirectos. Estas cifras reflejan la dependencia total de la próspera industria nacional de bebidas refrescantes y su vasta cadena de valor.

El panorama actual es motivo de profunda preocupación. Cada mes, más de 2.100.000 cajas de refrescos de origen oscuro ingresan al territorio nacional, incumpliendo flagrantemente los rigurosos controles y regulaciones sanitarias, de etiquetado y de metrología. Agravando aún más la situación, estas bebidas ilícitas evaden su responsabilidad cívica al no contribuir con el pago de los impuestos nacionales y municipales, tal y como lo hacen de manera responsable las empresas formales de la industria.

Esta competencia desleal de productos prohibidos socava las bases mismas de la industria venezolana. Eludir las normativas y reglamentaciones que nuestra industria cumple rigurosamente es un acto deshonroso que amenaza la viabilidad económica y la continuidad operativa de las empresas nacionales. Nos enfrentamos a un sombrío escenario que mina toda la cadena productiva del sector refresquero en nuestra amada nación, generando una amenaza inminente que requiere una pronta y enérgica acción para garantizar la protección de nuestros empleos y el desarrollo sostenible de nuestra industria.