Conócela: La llama que ayuda al descubrimiento de una vacuna contra el Covid-19
La ciencia avanza a contra reloj en la lucha para hallar una vacuna funcional para combatir al nuevo coronavirus ¿Quién es Winter? ¿Qué tiene que ver Winter con la cura de la Covid-19?
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La primera de las respuestas es relativamente fácil: Winter es el nombre asignado por sus cuidadores a una llama, un ejemplar hembra de color marrón, de la especie Lama glama que vive desde su nacimiento, ahora hace cuatro años, en un amplio recinto de un centro especializado en investigación científica y sanitaria en Bélgica.
Winter es una llama de cuatro años críada en un centro especializado en investigación científica en Bélgica
La segunda pregunta requiere una explicación algo más compleja.
La revista Cell, una de las publicaciones científicas más prestigiosas del mundo, incluye esta semana en su edición on line un artículo con los resultados de un estudio internacional en el que se han utilizado anticuerpos procedentes de llamas (‘Lama glama’) para neutralizar el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
La linea de investigación es prometedora pero, como ocurre casi siempre en estos casos, los científicos autores del estudio puntualizan que serán necesarios muchos más estudios para saber si esta investigación es significativa en la lucha contra la pandemia.
La llama de la que se han conseguido los anticuerpos a los que ser refieren los científicos en este artículo no es otra que Winter, aunque en realidad su nombre no aparece en los papeles (cosas de la ciencia). Por contra, Winter -con el nombre en posición destacada- se ha convertido casi en un personaje de fama mundial en medios de comunicación del nivel de The New York Times .
Una vida dedicada a la ciencia
Winter, la llama, tiene 4 años y su contribución a la ciencia -aunque sea pasiva- se inició en 2016 cuando tenía unos 9 meses y los investigadores estaban estudiando los coronavirus SARS-CoV-1 y MERS-CoV.
En un proceso similar al de los humanos que reciben vacunas para inmunizarlos contra un virus, se le inyectó proteínas estabilizadas de esos virus en el transcurso de aproximadamente seis semanas, explica en un artículo de divulgación el servició de noticias de la Universidad de Texas -una de las instituciones a las que pertenecen los autores del estudio.
Los investigadores recolectaron a continuación una muestra de sangre y anticuerpos aislados que se unían a cada versión de la proteína original. Uno de los anticuerpos identifcados demostró ser realmente prometedor para detener un virus que muestra proteínas de SARS-CoV-1.
La investigación inicial ha llegado ahora a un punto de inesperada actualidad porque, tras la aparición del SARS-CoV-2, el equipo diseñó el nuevo anticuerpo que parece prometedor para el tratamiento de este nuevo coronavirus, vinculando dos copias del anticuerpo de llama que funcionó contra el virus del SARS anterior.
Los resultados que ahora se presentan en Cell indican que el nuevo anticuerpo neutraliza los virus que muestran proteínas de SARS-CoV-2 en cultivos celulares. El camino está abierto pero todavía es pronto para pensar en un tratamiento o vacuna aplicable a gran escala en humanos.
Sin daños a los animales
Para tranquilidad de los defensores de los animales -y recordando el debate ético sobre la utilización de animales en experimentación con finalidades médicas-, Winter no ha sufrido ningún daño como resultado de este trabajo científico. Ella y los aproximadamente 130 miembros restantes del rebaño de llamas y alpacas del centro especializado de Bélgica viven en buenas condiciones y se encuentran en perfecto estado de salud, por lo menos así parece apreciarse en las fotografías de Tim Coppens de difundadas por la Universidad de Texas, uno de los centros implicados en la investigación.
La llama (Lama glama) es un mamífero artiodáctilo de la familia Camelidae, abundante en Altiplano de los Andes de Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Argentina y Colombia. La especie está considerada como un animal doméstico y su origen se remonta a la selección artificial, a partir de ejemplares silvestres de guanaco (Lama guanicoe), por parte de poblaciones humanas nativas de los Andes.
Con información de MSN