Política

“Chuo” Torrealba: Abstención rebela coraje cívico y rechazo activo

“Abstenerse con todo ese chantaje es un acto que rebela coraje cívico y un rechazo activo“, así lo aseguró el exsecretario de la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Chuo Torrealba.

En entrevista a Efecto Cocuyo, el activista social y fundador del Radar de los Barrios, señala que no tiene sentido que un sector de la oposición siga apostando por “mantras oxidados” y sanciones generales que empobrecen y debilitan a los venezolanos.

En su opinión, la reconfiguración que necesita la oposición debe ser un proceso que surja de abajo hacia arriba recuperando los sindicatos, los gremios y los movimientos sociales autónomos y no como resultado de un acuerdo entre las direcciones partidistas “que tienen cinco años equivocándose”.

¿Qué mecanismos de control social registró el Radar de los Barrios durante la jornada del 6D?

Desde que se produjo la llamada rebelión de los perniles, en 2018, la respuesta del gobierno fue reprimir las protestas con el Faes (Fuerzas de Acciones Especiales de la policía nacional) irrumpiendo en lugares como Petare, El Valle. Luego se militarizó el Clap (Comité Local de Abastecimiento y Producción) y este Clap militarizado fue usado como mecanismo de coacción.

En algunos sitios como el 23 de Enero o en urbanismos de la misión vivienda pudimos registrar la acción amenazante de grupos armados y la presión a los vecinos para que fueran a votar.

En anteriores ocasiones se había podido ver cómo el Sistema Patria, que es una operación sofisticada para identificar las vulnerabilidades del ciudadano y usarlas como mecanismo de presión política y extorsión económica, le dio resultado al régimen. (Nicolás) Maduro había sido más exitoso que (Hugo) Chávez desde ese punto de vista porque Chávez tuvo que movilizar a sus electores usando diversos recursos como autobuses de empresas del Estado, pero Maduro logró movilizar a la gente sobre sus propios estómagos vacíos a partir de la presión socioeconómica, lo que pasa es que en esta ocasión es tan grande la crisis, le han quitado tanto a la gente y la han humillado tanto que las amenazas no surtieron efecto. Lo que se produjo fue una protesta de ese sector de la sociedad que está carnetizado (que tiene el Carnet de la Patria).

¿Cuál es la consecuencia de tener una nueva Asamblea Nacional que es resultado de una elección no competitiva?

Esto es muy delicado, creo que las élites en nuestro país no han logrado entender la naturaleza y gravedad de lo que implica una crisis sistémica de toda la clase política. Esta muestra abrumadora de debilidad que manifestó el oficialismo el pasado domingo no va a ser muy distinto a lo que ocurra con las convocatorias de la oposición en los próximos días, ambas son convocatorias sin órgano electoral independiente, sin observación internacional válida, ambas están hechas desde una parcialidad para sus simpatizantes y esto no es casual.

Las convocatorias no tienen nada que ver con la construcción de bien común, tienen que ver con la necesidad de legitimar a los actores políticos. Maduro necesitaba hacer esta elección y contar con una Asamblea Nacional monocolor porque su interés no es afianzar su legitimidad ante la comunidad nacional, tampoco ganar puntos ante el sector internacional que le adversa, necesita presentar una carta de legitimidad a sus aliados geopolíticos, a China, Rusia, India, Turquía, necesita decirle a estos factores que los contratos y convenios que han firmado ahora sí tienen aval.

Algo parecido ocurre, desafortunadamente, desde la oposición liderada por Juan Guaidó y el llamado G4, tienen una tesis audaz desde el punto de vista político y jurídico que es que pueden mantenerse en el ejercicio de sus cargos independientemente de que su mandato finiquite. Creen que pueden aplicar el principio de la continuidad administrativa y para eso necesitan un sucedáneo de legitimidad que vendría siendo la llamada consulta popular. Esto es algo traído por los cabellos, hacer una consulta por internet en un país con el peor internet es excluyente.

Todo esto es muy complicado. En un país con la crisis sanitaria y económica que tenemos y el malestar social que tenemos y toda la clase política cuestionada por la ciudadanía, es un país que está en riesgo de que a cualquier aventurero que tenga audacia, algunos contactos y unos cuantos recursos se le ocurra que pueda presentarse al país con una supuesta épica.

Lo que está en juego no es si Maduro se mantiene o (Leopoldo) López accede al poder, lo que está en juego es la viabilidad de Venezuela, un país en el que el Estado no tiene control ni ejerce soberanía en un porcentaje importante de su territorio y no hablo de la frontera, hablo de la Cota 905, lugares que están en pleno corazón de nuestros centros urbanos y donde el rol del Estado lo ejercen mega bandas y estructuras armadas.

Cuando se unen variables de crisis económica, social y política tenemos una situación en la que basta cualquier detonante para que la crisis se transforme en tragedia y la tragedia en catástrofe.

Del 6D de 2015 al 6D de 2020, ¿ cuál es el balance que hace?, ¿a dónde se fue el capital político de la oposición?

Cometer errores es parte de la naturaleza humana y de los procesos históricos. Creo que hasta en el método científico el ensayo y error juega un papel importante, pero para que el error pueda ser parte del avance es necesario reconocerlo, la única forma de convertir la experiencia en conocimiento es asumiendo el error. Desde el triunfo glamuroso de 2015 se han venido cometiendo error tras error sin que nunca se asuma nada.

En 2016 en vez de continuar la ruta de acumulación de fuerzas asistiendo a las elecciones de gobernadores se escogió el camino rápido y se colocaron todos los huevos en la canasta del revocatorio. Cuando ocurrió lo previsible, que el gobierno lo bloqueara, esa misma dirección política que puso todos los huevos en la misma canasta se quedó sin política y así en neutro se llegó a 2017.

En 2017 se cometieron cuatro errores: destruir lo que existía en materia de institucionalidad de la MUD, la estructura fue sustituida por la Asamblea Nacional cuando esta no debía ser una federación de partidos sino un poder autónomo; el segundo error fue asumir un discurso y una conducta de naturaleza insurreccional sin tener con qué, el régimen ejecutó una respuesta brutal con un costo altísimo para la juventud, 160 muchachos murieron entre febrero y julio de 2017; luego se produjo un llamado a concurrir a unas elecciones de alcaldes y gobernadores sin explicarle al país el cambio de estrategia, esto generó las derrotas sucesivas, y el cuarto error fue que, en medio de esa situación dantesca, se concurre a un proceso de diálogo en República Dominicana de naturaleza tan incierta que algunos de los que participaron ahí ni siquiera pudieron regresar al país.

Esta cadena de errores hizo que ese capital político prácticamente se disolviera. Si hoy podemos decir que el chavismo se redujo de 8 millones a 3 millones y tantos, en la oposición pasamos de casi 8 millones de votos que sacamos en 2015 a prácticamente la inexistencia.

¿Cuáles son los desafíos de la oposición de cara a la consulta y al 5 de enero de 2021?

El reto es reconfigurar el campo opositor, hoy tenemos una oposición desfigurada. Esa reconfiguración no podrá ser el resultado de un acuerdo entre direcciones partidistas que tienen cinco años equivocándose, este proceso tiene que ser de abajo hacia arriba, es hora de recuperar los sindicatos, los gremios, los movimientos sociales autónomos y que todo ese proceso permita la irrupción de nuevos liderazgos que permitan a su vez rescatar la política al servicio del cambio político.

Les deseo toda la suerte a quienes están convocando a esta consulta, insisto en que la naturaleza y la utilidad real de la misma está bastante distante de las necesidades de los ciudadanos, pero me parece respetable todo intento de activación y movilización y les deseo que de cara al 5 de enero logren articular una política que exponga lo menos posible a esos dirigentes, que hoy siguen siendo diputados porque no se ha instalado la nueva Asamblea Nacional, a los rigores de la represión.

Pero creo que aquí se está produciendo el cierre de un ciclo político muy claro y seguir pretendiendo, en 2021, hacer punto y seguido y buscarle nuevas frases eslogan para mantras oxidados no tiene ningún sentido, como no lo tiene la idea de permitir que las sanciones supuestamente asfixien al régimen. Lo que está probado en la realidad social venezolana es que las sanciones han debilitado a la sociedad y empobrecido al país, esto más la acción concurrente del desastre y saqueo del gobierno de Maduro. Mientras más débil es la sociedad más fuerte la cúpula gobernante. Pretender seguir como si este desastre no hubiera ocurrido creo que no va a ser posible, ya se están dando las primeras luces de esas reconfiguración, la sociedad civil ha venido ganando en autonomía, la voz del diálogo social, de la Conferencia Episcopal, de Fedecámaras está ganando cada vez más perfil propio frente a lo que hace el gobierno de Maduro y lo que deja de hacer la oposición.

Aquí no va a haber una salida a la crisis sin un gran acuerdo nacional que pasa por vencer la tendencia de las cúpulas a polarizar, este empate catastrófico se ha convertido en un gran negocio para algunos.

 

Con información de Efecto Cocuyo

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