Ataque terrorista en Pakistán deja decenas de víctimas mortales
La explosión que sacudió la convención del partido político Jamiat Ulema-e-Islam (Asamblea de Clérigos Islámicos) en la provincia de Jaiber Pajtunjuá, en Pakistán, ha dejado un saldo trágico: al menos 40 personas perdieron la vida y otras 130 resultaron heridas. La Policía ha confirmado que se trató de un atentado terrorista, mientras que el líder del partido, Hafiz Hamdullah, ha condenado el hecho de manera enfática y lo ha catalogado como un acto de “terrorismo”.
Los equipos de investigación están trabajando en el lugar de los hechos para recopilar evidencias que permitan arrojar luz sobre lo sucedido. Se ha declarado estado de emergencia en los hospitales de Bajaur y los distritos vecinos, donde fueron trasladados la mayoría de los heridos. Los casos más graves han sido trasladados desde Bajaur a hospitales de la capital provincial, Peshawar, en helicópteros militares.
“Las primeras investigaciones revelaron que se trataba de un atentado suicida“, expresó el inspector general de la Policía Ajtar Hayat.
Según informes de Geo TV, previo al atentado, una explosión en un edificio cercano a la convención dejó un saldo de al menos 35 personas fallecidas, entre ellas un dirigente local de Jamiat Ulema-e-Islam. Aunque la mayoría de los ataques recientes en el país se han dirigido contra fuerzas de seguridad e instalaciones, y no contra concentraciones políticas, desde el quiebre del alto el fuego entre el Tehrek-e-Taliban Pakistan (TTP) e Islamabad en 2022, han resurgido los ataques de militantes islamistas. Las fuerzas de seguridad pakistaníes han señalado al TTP, que promete lealtad a los talibanes de Afganistán aunque no forma parte de ellos directamente, como el responsable de este atentado. Se rumorea que el TTP tiene santuarios en Afganistán, una afirmación que ha sido negada por la Administración Talibán, la cual ha sido sancionada por la ONU por actividad terrorista.
“El JUI-F [partido Jamiat Ulema-e-Islam] organizó una convención de trabajadores en la ciudad de Jar, en Bajaur, en la que 40 personas perdieron la vida y más de 130 resultaron heridas”, explicaron.
Este nuevo ataque terrorista es un sombrío recordatorio de la fragilidad de la seguridad en la región y de la amenaza constante que representa el extremismo islámico para la paz y la estabilidad en Pakistán y en la región. Nuestras oraciones y pensamientos están con las víctimas y sus familias en estos momentos difíciles.