Asesinan a comandante del Ejército y su escolta en Tumeremo
El teniente coronel León Ernesto Solís, comandante del Fuerte Tarabay, en Tumeremo, municipio Sifontes del estado Bolívar, junto a su escolta, el sargento mayor, Gustavo Flores, resultaron fallecidos luego de haber sido emboscados en horas de la noche de este lunes.
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De acuerdo con la información ofrecida por el Cicpc, los dos funcionarios del Ejército Nacional se encontraban circulando por la calle principal del sector La Caratica, cuando fueron interceptados por un grupo de desconocidos que con varios disparos los asesinaron.
Los dos militares se encontraban a bordo de una camioneta propiedad de Solís, en donde fueron encontrados los cuerpos. El grupo armado que ejecutó el ataque logró huir por lo que aún no hay detenidos por el suceso.
La policía científica encontró entre las evidencias; dos fusiles modelo AK-103, con 30 balas cada uno, calibre 7.62 x 39 mm; un arma Glock con 15 balas calibre 9 mm; un arma Pietro con 15 balas 9 mm; una concha calibre 9 mm, 22 conchas calibre 7.62 x 39 mm, seis conchas calibre 5.56 x 45 mm y un cargador de fusil con 19 balas calibre 7.62 x 39 mm.
“Eran pasadas las 11 de la noche y se escucharon demasiados disparos, por dos minutos pensamos que se había prendido la guerra en Tumeremo. Ahorita el pueblo está tomado por el Ejército Nacional”, indicó un habitante de la localidad que prefirió mantener el anonimato.
Funcionarios del Cicpc indicaron que el móvil era un sicariato, sin embargo desconocen quienes sean los responsables. El diputado de la Asamblea Nacional (AN), Américo De Grazia, señaló al grupo 3R, una agrupación que se autodenomina “fundación” y que opera en el sector desde principios de 2019, pero estos emitieron un comunicado en el que desmintieron su participación en el asesinato.
Denuncias contra Solís
Las denuncias y protestas contra el teniente coronel León Ernesto Solís por parte de pobladores de Tumeremo eran el panorama común.
Una emboscada que perpetró un grupo guerrillero contra la banda de alias “Coporo”, líder minero que controlaba una veintena de yacimientos de oro en la zona Corregente de Sierra Imataca, marcó el inicio de una escalada de denuncias y rechazo contra Solís, pues los residentes del conocido pueblo, lo señalaban de ser aliado de los guerrilleros. En ese ataque, fechado en octubre de 2018, murieron siete civiles, todos pertenecientes al círculo más cercano de Coporo, incluyendo a Adela Suliman, la novia de alias Talao, el segundo al mando en la organización.
Desde entonces, los mineros denunciaron que fueron desalojados de los yacimientos y señalan que quienes tomaron el control eran supuestos guerrilleros en alianza, según sus denuncias, con el comandante del Fuerte Tarabay, León Ernesto Solís. El 25 de septiembre de 2019, un grupo de mineros realizó una protesta para denunciar supuestas arremetidas y ejecuciones del funcionario militar contra varias personas, que intentaron ingresar a las minas del sector Corregente.
Para ingresar a estas minas, los residentes del pueblo debían pasar obligatoriamente por una alcabala militar ubicada en la entrada del Fuerte Tarabay, que comandaba Solís. “Aquí nos estamos muriendo de hambre porque la gente trabaja en las minas y no podemos pasar”, dijo a El Pitazo María Farías, una residente de Tumeremo.
El 8 de octubre de 2019, varios residentes de Tumeremo viajaron a la fiscalía de Puerto Ordaz para introducir denuncias contra el funcionario militar.
“Se han formulado varias denuncias y el fiscal ha hecho caso omiso a lo que nosotros hemos venido a plantearle. El señor Ernesto Solís se apoderó de las entradas a las minas y no deja pasar a las personas que allí estamos acostumbradas a trabajar”, indicó una minera durante ese reclamo en la sede judicial.
Pero no fue sino hasta el 3 de diciembre de 2019 cuando una comisión del Ministerio Público (MP) viajó hasta Tumeremo e inició averiguaciones por las denuncias que meses antes, habían realizado los pobladores contra el teniente coronel. Ese día en el pueblo hubo protestas y los residentes exhibieron pancartas que decían “Solís es el jefe de la guerrilla”.
Poco se sabe del resultado de esa investigación que inició el Ministerio Público de Venezuela hace más de cuatro meses. Pese a los señalamientos de los mineros, el militar nunca fue removido de su cargo ni trasladado a otro destacamento.
Con información de El Pitazo