Alimentos industriales que debes evitar a toda costa

En este caso debe hacerse la distinción entre la miel de maple natural y la que encontramos en los supermercados, compuesta de jarabe de maíz, aditivos, azúcar y saborizantes artificiales. Vale la pena pagar un poco más para tener un producto de calidad que no daña tu salud.

Ketchup

Si tienes la oportunidad, procura preparar la salsa ketchup en casa. Los tomates con los que se prepara la salsa industrial están diluidos con agua, azúcar y sal, por lo cual la concentración de productos naturales es mínima.

Chocolate blanco

El chocolate blanco contiene menos de 20% de manteca de cacao; dicho de otro modo, ni siquiera merece ser llamado chocolate. Este dulce está compuesto de 55% de azúcar y edulcorante, además de aceites vegetales para sustituir la materia grasa del cacao.

Surimi

Aunque su nombre parezca atractivo por tratarse de “palitos de cangrejo”, su pulpa está compuesta de bacalao y de restos de otros pescados baratos. A esto se agregan aditivos como almidón, sal, azúcar y toda una serie de productos químicos. Si buscas un plato rápido y ligero a base de pescado, prefiere los pescados en conserva o ahumados.

Puré en polvo

El puré en polvo es uno de los productos de fácil preparación que contiene una mayor cantidad de químicos. Te invitamos a leer atentamente su composición, estamos seguros de que no volverás a comprarlo jamás.

Nuggets de pollo

Los nuggets de pollo son un platillo llamativo y fácil de preparar, por lo que muchas veces los compramos sin darnos cuenta de su composición. Lamentablemente es difícil rastrear todos los ingredientes que se utilizan en su composición, pero es seguro que una gran parte ni siquiera son de origen natural. Por si fuera poco, la concentración de auténtica carne de pollo es mínima, de ahí que todos tengan la misma forma y textura.

Té helado

El té helado industrial que puedes encontrar el botella o en polvo está compuesto en su mayoría de azúcar, saborizantes y colorantes artificiales. Una alternativa sana es preparar té verde o negro el día anterior y refrigerarlo en una jarra con rodajas de limón y de naranja. ¡Verás la diferencia!