Racionamiento eléctrico en Nueva Esparta “va para largo”
En la actualidad, el estado Nueva Esparta cuenta con un severo racionamiento eléctrico de hasta ocho horas diarias, esto debido a la salida de dos plantas que generaban 70 megavatios (MW).
Los insulares se encuentra sin capacidad de maniobrar en sus tareas diarias desde que dejaran de funcionar las plantas TG2 y TG13 ubicadas en la Termoeléctrica Juan Bautista Arismendi (JBA), en la localidad de El Guamache, municipio Tubores. Con ello, la termoeléctrica pasó de generar 140 a 70 MW.
La TG13 con capacidad para 20 MW y la TG2 de 50 MW salieron de servicio el 23 de agosto y el 6 de septiembre, respectivamente, tras presentar fallas, reduciendo el suministro del sistema eléctrico regional según datos oficiales a 220 MW en momentos en que la demanda eléctrica se estima entre los 280-300 MW aproximadamente. El déficit lo sitúan en 60 MW.
Fuentes técnicas estiman que solo 150 megavatios se suple actualmente por el cable submarino que conecta desde Chacopata, en el estado Sucre, hasta la Isla de Margarita con energía que proviene del Sistema Interconectado de Oriente. Mientras que la generación a través de la planta Luisa Cáceres de Arismendi (las segunda en importancia) estaría en cero (0) MW.
Esta capacidad de generación interna, ampliamente disminuida, coloca a la región oriental en altos niveles de vulnerabilidad ante eventos en tierra firme, que por lo general son comunes.
Contingencia “mientras reparan”
La contingencia en la Termoeléctrica JBA sería “mientras se reparan” las dos plantas afectadas, según un tuit de Corpo Nueva Esparta publicado en sus redes al momento de anunciar el miércoles 9 de septiembre los dos bloques de racionamiento, la llegada de los repuestos para la planta TG13 y la necesidad de más tiempo para la reparación de la TG2 que requiere equipos especiales.
Se necesita “un equipo de videoscopia para la evaluación interna de la zona de combustión de la unidad TG2, así como repuestos y consumibles que permitan su incorporación al sistema lo antes posible”, publicaron también en un boletín de prensa.
Sin embargo, este 12 de septiembre, el presidente de la Corporación y “protector” de la entidad, Dante Rivas fue más directo en su programa de radio sabatino en relación a la unidad TG2.
“Parece que el motor se fundió, tiene mayores daños, hay que abrirla, va tardar mucho más”, afirmó Rivas refiéndose a la reparación de esta unidad.
Rivas advirtió que se plantean “recuperar algunas plantas que cayeron antes y es más fácil repararlas”.
Investigan sabotaje
El ahora candidato al Parlamento por el estado Nueva Esparta también manifestó que “estamos investigando sabotaje“.
“Hubo negligencia por parte de alguna persona que sabía que la planta necesitaba mantenimiento y no lo realizaron”, sostuvo.
El estado Nueva Esparta contaba con siete grupos de pequeñas plantas de generación distribuida en varios sectores: en la Isla de Coche, Los Millanes, Boca del Río, Aricagua, La Isleta, Porlamar y uno en el antiguo canódromo, en la zona de Pampatar. Estas plantas tampoco estarían operativas.
Estas pequeñas unidades, con capacidades distintas, cubrían los sectores priorizados del estado, particularmente las áreas de salud y seguridad.
Según Rivas, la opción evaluada hasta resolver la coyuntura pasa por caracterizar estos circuitos prioritarios de manera de bajarlos y poder disminuir el racionamiento a la población.
“La idea es caracterizarlos, si tiene condiciones para estar en ese circuito, si el hospital tiene planta, entonces podríamos bajar las horas de racionamiento a los no priorizados”, dijo.
De estado crítico a dramático
La unidad TG2 es como un gran cuarto, por lo que para buscar una falla se necesita del vidoescopio que es un equipo especial que requiere mucha pericia para su manejo, pues se corre el riesgo de que se pueda quedar trabado en el retorno del recorrido.
En la región no se cuenta con especialista para realizar este trabajo, “hay que traerlo del Zulia”, señala un fuente ligada a la empresa eléctrica Corpoelec. Además que hay que conseguir ese aparato.
Las unidades que están en la Termoeléctrica JBA son relativamente nuevas, agrega la fuente, que no descarta que la falla se origina por la falta de mantenimiento preventivo.
En Nueva Esparta, siempre se ha tenido “altibajos” con el suministro eléctrico. Sin embargo los racionamientos más largos han sido de 7 a 10 días, sobre todo para acondicionar las máquinas antes de las temporadas altas, comenta una extrabajadora de la empresa que también ve muy complicada la situación en esta oportunidad.
“Pero esta vez no los están perdonando, por una u otra cosa vienen los reclamos. Y yo no creo que en todo este mes lo puedan resolver”, dijo.
Recuerda el presidente de la Mancomunidad de la Electricidad y Gas del estado Nueva Esparta (Megane), Eustacio Aguilera, que el deterioro del sistema eléctrico empezó en 2010, pero se comenzó a acentuar en 2014 y de ahí en adelante no ha parado. Menciona la Central Hidroeléctrica del Guri, la más grande de Venezuela, disminuida en 70% de su capacidad.
“Por eso racionan a todo el mundo en el país y ahí entra la Isla de Margarita”, señala.
Sin embargo, considera que lo que sucede en Nueva Esparta es preocupante, pues “si antes la situación del sistema eléctrico era crítica, ahora es dramática”.
Aguilera, también miembro de la comisión de energía eléctrica del Centro de Ingenieros de Nueva Esparta (Ciene), considera que si la Planta JBA está disminuida en 70 MW y la Planta Luisa Cáceres de Arismendi está en cero, no es difícil advertir la gravedad del problema.
“A esto se suma un cable submarino con una capacidad de 300 MW vía sistema interconectado Chacopata-Margarita, que en la prácticas solo puede traer la mitad pues requiere un voltaje de 230 Kv y el disponible es de la la mitad, es decir 115 Kv”.
Hasta ahora está garantizado el gas directo desde tierra firme para el funcionamiento de las plantas operativas y se espera que la semana próxima puedan incorporarse los 20 MW de la unidad TG13 cuyos repuestos ya llegaron a la entidad. Pero aún con eso no se cubre la demanda, por lo que persiste el temor en cómo enfrentar la situación.
“Imagínate, cómo vamos a hacer si sopla algo en tierra firme, nos quedamos entonces sin luz en toda la Isla”, se preguntó Juan Andarcia vecino de la Porlamar, en el Municipio Mariño.
También Alicia Perdomo, comerciante informal del Municipio Marcano, al norte de la isla, consideró el hecho de que todos los servicios estén en crisis en este momento.
“Todas las cosas al mismo tiempo, casi todos los servicios de manera simultánea junto al coronavirus; gasolina, agua, transporte y este racionamiento”, sostuvo Perdomo.
Las autoridades han solicitado no solo a los vecinos sino a los grandes consumidores, empresas y comercios aumentar la autogeneración de energía “en la medida de las posibilidades, hasta tanto sean solventadas las fallas en el sistema”.
Con información de Efecto Cocuyo.