Para estos días de confinamiento: Cómo sustituir la luz solar y la vitamina D
Cómo sustituir la luz del sol y la vitamina D en estos días de confinamiento.
Es importante para el equilibrio del cuerpo un adecuado nivel de vitaminas y minares, así como también sol, la escasa luz natural es uno de los efectos del confinamiento por la pandemia del coronavirus. Esta medida para cortar la transmisión del nuevo virus puede pasar factura a la salud, pero existen alternativas para compensar, al menos en parte, la falta de contacto con el sol primaveral.
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La luz solar es, tal y como expone Lorenzo Armenteros del Olmo, miembro de la Comisión Permanente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) “para la vida en nuestro planeta”, si bien los humanos, “a diferencia de otros seres vivos, somos homeotérmicos, lo que significa que no dependemos de la luz solar para regular y mantener nuestra temperatura. Nuestra principal fuente de calor es nuestro metabolismo”.
Sin embargo, necesitamos el sol para la síntesis de vitamina D, que es muy importante para la mineralización de los huesos, entre otras funciones. La luz del astro rey también incide en la calidad del sueño y la salud mental. Además, hay indicios de que ejerce cierta influencia en la memoria y el aprendizaje.
Déficit de vitamina D
La vitamina D cumple distintos cometidos, entre los que destacan los siguientes:
- Regular el sistema de defensas del cuerpo.
- Regular el metabolismo del calcio, esencial para la salud de los huesos.
- Aquí te presentamos algunos posibles sustitutos y baños de sol:
La escasa exposición al sol en esta situación de confinamiento es difícil. Lógicamente, la principal recomendación es comportarse como las plantas que buscan siempre la luz solar. En este caso, será necesario prestar atención a los momentos del día en los que el sol se cuela por las ventanas y balcones; sin olvidar que el cáncer de piel no entiende de cuarentenas.
Existe otra fuente de vitamina D: la alimentación o, mejor dicho, ciertos alimentos. Entre ellos sobresalen:
Pescado azul: salmón, atún, bonito, sardinas, boquerones,caballa y huevos.
Alimentos enriquecidos: cereales, yogur, leche.
De tal manera, estas fuentes de vitamina D son esenciales, según María Achón y Tuñón, directora del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad CEU San Pablo (Madrid), “cuando la cantidad de luz solar que contiene radiación ultravioleta es limitada -en invierno- o la exposición a la luz solar es restringida por falta de tiempo al aire libre o poca exposición de la piel, como es el caso de la cuarentena que estamos padeciendo”.
La experta propone las siguientes raciones diarias o semanales de alimentos ricos en vitamina D:
Pescados: 3-4 raciones a la semana, alternando blancos y azules.
Huevos: 3 raciones semanales.
Lácteos: 2-3 raciones diarias.
Además, se puede recurrir a los suplementos de vitamina D, pero Armenteros resalta que, con los datos de los que se dispone en la actualidad, “no se recomienda, de momento, suplementar con vitamina D de forma general; no obstante, hay situaciones individuales y grupos de riesgo que pudieran necesitar tratamientos específicos”. En este sentido, Mejía recuerda que antes de tomar suplementos “es bueno consultar siempre a un experto debido a las diferentes condiciones de salud de cada uno y las distintas necesidades”.
Con información de Noticias 24 Mundo
