Edmundo González sale de Venezuela rumbo a España tras recibir asilo político
Edmundo González Urrutia ha abandonado este sábado Venezuela y vuela rumbo a España, país que le ha concedido el asilo político, según han contado fuentes diplomáticas a EL PAÍS. El candidato opositor venezolano, que representó a María Corina Machado en las últimas elecciones presidenciales cuyo resultado a día de hoy sigue siendo muy cuestionado, mantuvo una reunión este sábado por la mañana con diplomáticos españoles en una embajada europea. De acuerdo a estas mismas fuentes, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha desempeñado un papel clave en estas gestiones.
Por: EL PAÍS
La operación diplomática que ha desembocado en la concesión de asilo a González Urrutia lleva en marcha dos semanas. España insiste en que ha sido el propio Edmundo el que solicitó el asilo, pero otras fuentes al tanto de las conversaciones sostienen que todo esto ha derivado de una negociación en la que han participado incluso los hermanos Rodríguez, Delcy y Jorge, los operadores políticos más cercanos al presidente, Nicolás Maduro. El viernes, el presidente Pedro Sánchez, en el Comité Federal del PSOE, tildó de “héroe” a González Urrutia, a quien la justicia chavista perseguía por cinco delitos poco consistentes, y aseguró que España no lo iba a abandonar. A esas horas se sabía que el opositor estaba cerca de tomar una decisión.
Este sábado, mientras se preparaban los salvoconductos para que pudiera llegar al aeropuerto y marcharse del país sin ser detenido por las autoridades, un avión militar español esperaba en República Dominicana para trasladarle lo antes posible a Madrid.
Por parte del chavismo ha sido la vicepresidenta Delcy Rodríguez quien ha hecho pública la marcha del opositor en redes sociales y ha asegurado que Venezuela había concedido los “debidos salvoconductos” en aras “de la tranquilidad y la paz política del país”. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que ha seguido la situación y ha hablado con el opositor desde el avión oficial en un viaje del presidente del Gobierno a China, ha asegurado a los periodistas que siguen el viaje que la salida de González Urrutia se produce a petición suya, no a iniciativa española. “González ha solicitado el derecho de asilo y España por supuesto se lo va a conceder. He podido hablar con él, me ha trasladado su agradecimiento y yo le he trasladado la alegría de que se encuentre bien”, ha señalado Albares.
Albares, que niega que haya habido negociación con el Gobierno de Maduro para esta operación, ha insistido en el “compromiso del Gobierno de España con derechos políticos de todos los venezolanos” y ha asegurado que España no reconocerá “una supuesta victoria” de Maduro mientras no se entreguen las actas. España reclama una “salida pacífica y genuina para los venezolanos”.
De momento, nada indica que más opositores o la propia María Corina Machado, la líder indiscutible de la oposición, estén pensando en seguir el mismo camino que González Urrutia, un hombre de 75 años que ha decidido buscar asilo en España acompañado de su mujer para evitar la cárcel que le esperaba con toda probabilidad. España no se lo está ofreciendo a nadie, pero si hay más solicitudes las acogerá. 100.000 venezolanos se han acogido ya a un régimen especial para ellos puesto en marcha por España por las tensiones en el país. Antes de viajar, el opositor estaba acogido ya en la residencia del embajador español en Caracas. El cerco al que las fuerzas de seguridad habían sometido a la embajada de Argentina fue una señal clara, tanto para Edmundo como para los diplomáticos españoles, de que no hay refugio seguro ahora mismo en Venezuela.
González Urrutia no había atendido a las últimas citaciones cursadas por la Fiscalía venezolana, que solicitaba interrogarlo y acusarlo de cinco delitos relacionados con su candidatura presidencial. El opositor se ha negado a presentarse frente a las autoridades argumentando la falta de independencia de los poderes públicos, que en última instancia están controlados por Maduro. A principios de año, González Urrutia era un señor jubilado de 74 años ?le faltaban meses para los 75?, desconocido para la mayoría del país, que leía por las tardes en el butacón de su salón, escribía libros que no aspiraban a best seller sobre personajes casi anónimos, jugaba con sus nietos, paseaba con su esposa de siempre por las calles de Caracas. Juntos alimentaban y daban agua a las guacamayas que cada mañana se posaban en su balcón. El matrimonio disfrutaba de una vida apacible en el invierno de sus vidas.
Sin embargo, en abril, todo cambió.
Lea más en EL PAÍS