Así se encuentra Anna Vaccarella a 8 años de haber superado el Cáncer: "Estoy viva" (+Fotos)

Anna Vacarrella es una periodista venezolana que se ha quedado en el corazón de todo el pueblo venezolano por su profesionalidad y su sencillez.

Anna se vio afectada en el año 2015 con Linfoma no Hodgkin en estado avanzado. La enfermedad la llevó a Nueva York a practicarse un trasplante de médula que le salvó la vida. Desde el momento en que conoció la enfermedad que se albergó en su cuerpo, Anna ha vivido un proceso de constante evolución hacia su mundo espiritual y también sintió la necesidad de disfrutar plenamente las relaciones interpersonales.

Anna Vaccarella y Eduardo Rodríguez, amigos inseparables.

En el nombre de Dios, estoy sana. Debo ir a Nueva York una vez al año a chequearme”, dice Anna.

Sobre los miedos, la periodista ha confesado lo siguiente:

El miedo está en la almohada. Pero uno se acostumbra al miedo y lo mantiene a raya. Por supuesto, a uno le duele una uña y ¡ay!… A veces es difícil. Sí, hay momentos así”, expresó.

Sobre sus padres, la periodista ha contado en el pasado:

Mi papá era italiano, de Sicilia, de Mesina. Mi mamá es de Eslovenia, de la antigua Yugoslavia. Ellos se conocieron en Cagua (Aragua). La familia de mi mamá vivía y trabajaba en Güigüe (Carabobo). Mi papá, al llegar de Italia, comenzó a trabajar en Cagua, donde era socio en un negocio con otros italianos. De hecho, yo nací en Maracay y viví hasta los 17 años en Cagua. Una hermana de mi mamá se casó y se fue a vivir a Cagua, y mi empezó a ir a visitar a su hermana. Y en uno de esos viajes a Cagua conoció a mi papá”.

¿Harías algo distinto en tu vida?

En mi vida de antes del proceso que me tocó vivir sería más agradecida y menos víctima. Yo siento que durante muchísimos años viví la vida desde la víctima y además desde el ojo del perfeccionismo. Claro, fui criada bajo unos patrones muy estrictos. Yo llegaba a mi casa con un 18 en la boleta y no me felicitaban, sino que me preguntaban por qué no fue 20. Cuando tú creces en un medio tan estricto terminas siendo como ese medio, lamentablemente. Entonces siempre fui, y no sé si me queda grande decir “fui”, porque, como te digo, uno lucha todos los días contra eso, pero, sobre todo hasta los 47 años, fui demasiado perfeccionista”.