Preocupante alza del 17,9% en el riesgo de suicidio de niños y adolescentes en Venezuela, informa Cecodap
Durante el primer semestre del presente año, se han registrado 191 casos de riesgo suicida en niños y adolescentes en el país, lo cual ha despertado una profunda preocupación en la ONG Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap). Este alarmante incremento representa un 17,9% más en comparación con el mismo período de 2022, cuando se documentaron 162 casos.
La relevancia de esta cifra se hace evidente al considerar que los 191 casos representan el 37,6% del total de 507 casos de niños y adolescentes atendidos por la organización debido a alteraciones del estado de ánimo, convirtiéndose en el principal motivo de consulta en el transcurso de este lapso.
El reciente informe presentado sobre la situación de la salud mental en menores revela una realidad alarmante: las adolescentes son las más afectadas tanto en términos de alteraciones del estado de ánimo como en cuanto al riesgo suicida.
En este preocupante escenario, Cecodap destaca la influencia significativa de factores como la “violencia basada en género” y la arraigada “cultura patriarcal”. Estos elementos inciden de manera considerable en el aumento de los casos, tal como ha sido observado.
Asimismo, el informe revela que, durante el primer semestre de este año, el servicio de atención psicológica de Cecodap ha brindado apoyo a un total de 5.605 personas, principalmente niños y adolescentes. Esta cifra representa el 69,2% de todas las personas atendidas durante el año pasado, cuando se ofreció ayuda a 8.095 individuos.
Además de las alteraciones del estado de ánimo, la ONG destaca la presencia de otros factores que han llevado a las personas a buscar ayuda, como los comportamientos disruptivos en el hogar, los conflictos familiares o la violencia.
La urgencia de abordar de manera integral y prioritaria la salud mental de los niños y adolescentes en el país se hace cada vez más evidente frente a esta situación alarmante. Es fundamental implementar estrategias efectivas para prevenir y tratar los riesgos suicidas, así como promover entornos familiares y sociales saludables que ayuden a contrarrestar los factores negativos que contribuyen a estos problemas. La sociedad en su conjunto debe unirse en este propósito para proteger a los jóvenes, brindarles un apoyo sólido y asegurarles un futuro emocionalmente estable y prometedor.