Encuentran sin vida a un hombre en Zulia
En una escena de amargo pesar, en la inmaculada mañana del domingo, mientras la brisa marina acariciaba las riberas del majestuoso Lago de Maracaibo, un grupo de trabajadores de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se vio sobrecogido por un hallazgo macabro y estremecedor. Entre las olas caprichosas y el vaivén de las aguas, sus ojos se toparon con el cuerpo sin vida de un hombre flotando cerca del muelle Manuela Sáenz, un punto de encuentro sublime que fusiona el agua y la tierra en el municipio San Francisco. La cruda realidad de este dramático suceso fue transmitida con diligencia y seriedad por el renombrado periodista Jhorman Cruz, quien, a través de sus canales informativos, llevó a la población la noticia que heló sus corazones.
La gravedad del hallazgo no se hizo esperar, y un llamado urgente resonó con premura en los oídos de los valientes guardianes de las aguas del Lago de Maracaibo encargados del patrullaje lacustre. Con determinación y responsabilidad, estos intrépidos defensores emprendieron su camino hacia la avenida 5, donde se erigía el escenario de tan lúgubre descubrimiento.
En un vertiginoso despliegue de esfuerzo y coordinación, los oficiales del Instituto Autónomo Policía del Municipio San Francisco (Polisur) se adentraron en el muelle Manuela Sáenz, enfrentándose a una visión desgarradora: el cuerpo inerte de un ciudadano flotando en la orilla, víctima de un destino cruel e implacable.
Las labores de rescate, encomiables y llenas de valentía, se consumaron gracias a la ejemplar colaboración de los funcionarios del Destacamento de Vigilancia Costera de la Guardia Nacional, la Policía Nacional, el Cuerpo Policial del Estado Zulia (CPEZ), Polimaracaibo, Polisur y los Bomberos Marinos del Zulia. Unidos en un propósito común, junto al Cicpc, enfrentaron la adversidad sin titubear y buscaron respuestas en medio de la tragedia.
Aunque la identidad del fallecido permanece velada en la sombra de la duda, aún envuelta en un halo de incertidumbre, los testigos presentes en el lugar, conmocionados por la escena que sus ojos atestiguaron, especulan que se trata de un hombre que ha superado la barrera de los 50 años. Su existencia, en un giro infausto del destino, ha sido truncada en las profundidades acuosas, dejando tras de sí un aura de melancolía y preguntas sin respuesta.
La consternación y el desasosiego se apoderaron del corazón de los empleados de Pdvsa al contemplar el estado de descomposición del cuerpo sin vida. Era evidente que había pasado cierto tiempo en el agua, lo que añade un manto de misterio y desconcierto a este triste episodio que ha estremecido a la comunidad.
Hasta el momento, el velo del desconocimiento cubre los detalles más íntimos de este trágico acontecimiento. El tiempo transcurrido en las aguas y las circunstancias exactas que rodearon su fallecimiento permanecen como enigmas sin resolver. No obstante, las autoridades competentes, imbuidas de un compromiso inquebrantable con la justicia y la verdad, persistirán incansables en su ardua labor investigativa para desentrañar los secretos que yacen ocultos en el silencio de las profundidades acuáticas.