Operación en Tocorón: El Gobierno afirma haber acabado por completo con el Tren de Aragua
En medio de una incógnita que envuelve al líder principal del temible Tren de Aragua, cuyo paradero aún se desconoce, el Gobierno de Venezuela proclama con firmeza haber desmantelado de forma contundente a esta siniestra organización criminal, tras tomar el control de una prisión que estaba sometida a su yugo.
El almirante Remigio Ceballos, Ministro de Interior y Justicia, se presenta impecable en su uniforme, rodeado de retroexcavadoras que demuelen las estructuras en el desolado patio de la cárcel de Tocorón, epicentro de las operaciones de esta peligrosa banda delictiva. Desde allí, revela con determinación que la operación ha culminado con la captura de 88 miembros del Tren de Aragua, y la incautación de armas de guerra, incluyendo lanzacohetes, fusiles y granadas.
Después de un recorrido meticulosamente organizado por las instalaciones, dirigido a la prensa ávida de información, las autoridades difunden mensajes a través de redes sociales y medios de comunicación, exhibiendo fotografías, nombre y número de cédula de Héctor Guerrero, alias ‘El Niño’ Guerrero, líder máximo de la banda y actualmente prófugo. Una generosa recompensa se ofrece por su captura, lo que aviva la cacería contra este peligroso fugitivo.
No obstante, el Observatorio Venezolano de Prisiones, una ONG defensora de los derechos humanos de los reclusos, denuncia que los líderes del Tren de Aragua lograron escapar del país antes de que la cárcel fuese intervenida, arrojando sombras de duda sobre la eficacia de la operación llevada a cabo.
Según esta organización, los denominados “pranes”, los líderes de los reclusos en las cárceles venezolanas, habían construido dentro del penal una discoteca, un zoológico e incluso un campo de béisbol, en una ostentosa exhibición de su poderío y control.
El Ministro Ceballos, con firmeza, niega rotundamente haber sostenido negociaciones con los cabecillas de esta organización delictiva, afirmando que la operación fue meticulosamente planificada a largo plazo, sin espacio para ningún tipo de transacción o acuerdo.
En cuanto a la posibilidad de que los líderes de la banda hayan logrado escapar del país, Ceballos anuncia con determinación que se tomarán medidas enérgicas, incluso a nivel internacional, para dar con su paradero y asegurar su captura.
El Gobierno informa sobre la trágica muerte de un militar durante la intervención, pero guarda con discreción los detalles precisos sobre el número de heridos que se produjeron en el enfrentamiento.
La prisión de Tocorón, que albergaba aproximadamente a 1.600 presos, se erige ahora como un símbolo de la lucha contra la criminalidad, un capítulo oscuro que ha sido clausurado con determinación por parte de las fuerzas del orden. No obstante, el destino del líder máximo de esta organización criminal se mantiene envuelto en un inquietante misterio, esperando ser desvelado.
