La obra que desafió el poderío de una influyente familia colombiana

Laura Ardila, la destacada periodista colombiana, se encuentra inmersa en un vertiginoso momento de su vida. En breve emprenderá un viaje que la llevará por toda Colombia, desde la frontera con Venezuela en Cúcuta hasta los confines cercanos a Ecuador. Recientemente ha visitado Bucaramanga y en unos meses participará en las prestigiosas ferias del libro de Medellín, Cali, Pereira y Santa Marta. Pero antes de sumergirse en ese torbellino, brindará una fascinante charla en Manizales, en el corazón del Eje Cafetero.

Su misión actual es revelar la historia no autorizada de la familia Char, un influyente clan político de origen sirio-libanés que ejerce un dominio notable en la costa Caribe colombiana. A lo largo de décadas, cada generación de esta familia ha moldeado con astucia el destino social y económico de la región. Su influencia se extiende a todos los sectores productivos, abarcando alimentos, entretenimiento, construcción y medicamentos. Los Char son dueños de los emblemáticos almacenes Olímpica, uno de los conglomerados de supermercados más grandes del país. Además, tienen bajo su control la emisora Olímpica Estéreo, empresas constructoras, los Laboratorios Best y el reconocido club de fútbol Junior de Barranquilla, entre otros negocios.

Fuad Char, considerado el líder indiscutible de este influyente clan, ha labrado una destacada carrera política. Ha ocupado cargos como gobernador de Atlántico en 1984, ministro de Desarrollo Económico en 1987, embajador de Colombia en Portugal en 2008 y senador de la República durante dos periodos: 1990-2006 y 2010-2014. Sus hijos también han incursionado en la política con éxito. Alejandro Char, por ejemplo, ha sido alcalde de Barranquilla en dos ocasiones y aspira actualmente a obtener el cargo por tercera vez. Por su parte, Arturo Char ejerció como presidente del Congreso entre 2020 y 2021, aunque su situación se ha complicado recientemente tras recibir medidas de aseguramiento por parte de la Corte Suprema de Justicia, acusado de presunta compra de votos y corrupción electoral en el norte del país.

Sin embargo, el camino de Laura Ardila no ha estado exento de obstáculos. La editorial Planeta se negó a publicar su libro, argumentando un inmenso riesgo de demandas legales o, según los rumores que circulan en los pasillos del Congreso, por temor a desatar la furia de la poderosa familia Char. Afortunadamente, la editorial independiente Rey Naranjo abrió sus puertas y ahora “La Costa Nostra” se encuentra disponible en las estanterías de todas las librerías del país, desafiando cualquier intento de censura. Ardila decidió denunciar esta situación en su columna en el prestigioso diario El Espectador, revelando la negativa de la editorial a pesar de contar con un contrato y una portada diseñada.

Sputnik tuvo el privilegio de conversar con Laura Ardila, una periodista consagrada que ha dedicado años de su vida a investigar las complejidades de la política en la región Caribe colombiana, desentrañando sus intrincados entramados, desvelando su funcionamiento, destapando escándalos y explorando la vida misma que late en su seno.

¿No teme que el tema de la censura llame más la atención que el contenido del libro?
La paradoja que rodea la censura es innegable, y aunque el riesgo es considerable, confío en que no se convierta en el epicentro de la atención. Afortunadamente, he notado que numerosas personas están sumergiéndose en el contenido de mi libro, desafiando valientemente la censura impuesta por Planeta. Es fundamental destacar que esta obra no es un mero expediente judicial aburrido, sino una meticulosa investigación que se desenvuelve con una narrativa cautivadora y sumamente interesante.

Seguro que no ha sido fácil enfrentarse a una de las familias más poderosas de Colombia. ¿Qué tan arduo fue acercarse al núcleo íntimo de los Char?
Desde mi establecimiento en Barranquilla en 201Sputnik tuvo el privilegio de conversar con Laura Ardila, una periodista consagrada que ha dedicado años de su vida a investigar las complejidades de la política en la región Caribe colombiana, desentrañando sus intrincados entramados, desvelando su funcionamiento, destapando escándalos y explorando la vida misma que late en su seno.

¿No teme que el tema de la censura llame más la atención que el contenido del libro?
La paradoja que rodea la censura es innegable, y aunque el riesgo es considerable, confío en que no se convierta en el epicentro de la atención. Afortunadamente, he notado que numerosas personas están sumergiéndose en el contenido de mi libro, desafiando valientemente la censura impuesta por Planeta. Es fundamental destacar que esta obra no es un mero expediente judicial aburrido, sino una meticulosa investigación que se desenvuelve con una narrativa cautivadora y sumamente interesante.

Seguro que no ha sido fácil enfrentarse a una de las familias más poderosas de Colombia. ¿Qué tan arduo fue acercarse al núcleo íntimo de los Char?
Desde mi establecimiento en Barranquilla en 2015, me he dedicado a cubrir la trayectoria de este influyente clan político. Al principio, obtener información resultaba relativamente sencillo; sin embargo, a medida que desvelábamos las acciones de los Char en La Silla Vacía, se cerraron las puertas del acceso. Solo tuve la oportunidad de entrevistar a Arturo Char en una ocasión, cuando el expresidente Juan Manuel Santos promovía el plebiscito por la paz el 2 de octubre de 2016. Después de ese encuentro, se me negó el acceso para mis reportajes.

Los Char son ampliamente apreciados en Barranquilla. ¿Ha recibido amenazas desde la publicación de su libro?
En efecto, ha habido un notable aumento de ataques en las redes sociales, provenientes de grupos de personas que generan interacciones para hacer de un tema una tendencia. He sido testigo de una violencia digital intensa. Dado mi largo recorrido investigando estos temas, no me sorprendieron los ataques, pero eso no implica que no hayan sido contundentes y difíciles de sobrellevar.

Laura Ardila, la destacada periodista colombiana, se encuentra inmersa en un vertiginoso momento de su vida. Su rutina ha adquirido un ritmo frenético, recientemente ha visitado Bucaramanga y en breve emprenderá un viaje que la llevará por toda Colombia.