Luna-25: El histórico viaje de Rusia hacia la Luna en busca de agua en el polo sur

En un impresionante avance para la exploración espacial, Rusia ha emprendido una trascendental misión con el lanzamiento de Luna-25, la primera estación lunar automática en la historia moderna del país. Su objetivo primordial es explorar el polo sur lunar en busca de agua y perfeccionar la tecnología de aterrizaje suave. Además, llevará a cabo investigaciones científicas de largo alcance que prometen revelar valiosos datos acerca de nuestro misterioso satélite natural.

La majestuosa estación lunar Luna-25 ostenta una masa total de 1.750 kilogramos, de los cuales 30 kilogramos están reservados para su equipo científico, compuesto por una gama de instrumentos de vanguardia, un complejo manipulador lunar (LMK) y un sistema de televisión de servicio. La velocidad de transmisión de información científica no será inferior a 4 Mbit/s, mientras que la radiocomunicación alcanzará una asombrosa distancia máxima de 410.000 kilómetros.

Desde el punto de vista estructural, Luna-25 se compone de dos componentes principales. La parte inferior corresponde a la plataforma de alunizaje, mientras que la parte superior alberga un contenedor de instrumentos no hermético. Este último alberga una amplia gama de equipos científicos, radiadores para el sistema de regulación térmica, unidades electrónicas, paneles solares, una fuente de calor y energía radioisotópica, cámaras de televisión y antenas. La inventiva utilización de un contenedor de instrumentos liviano ha permitido reducir el peso de la nave y aprovechar un mayor número de herramientas científicas en esta trascendental misión.

La plataforma de alunizaje, por su parte, está compuesta por un sistema de propulsión y un dispositivo diseñado para garantizar un aterrizaje suave en la superficie lunar. El sistema de propulsión se encargará de corregir la trayectoria durante el vuelo hacia la Luna, ingresar a la órbita lunar, desacelerar durante el descenso y lograr un aterrizaje suave con una velocidad cercana a cero. Además, la plataforma incorpora antenas de radio de servicio, sensores de contacto con la superficie lunar y un medidor Doppler de velocidad y alcance.

La estación lunar está equipada con ocho instrumentos científicos de vanguardia. Entre ellos se encuentra el espectrómetro de neutrones y rayos gamma ADRON-LR, concebido para estudiar la composición elemental y el contenido de hidrógeno en el suelo lunar. Asimismo, se destaca el instrumento ARIES-L, el cual investigará la exosfera lunar, y el espectrómetro láser de masas LAZMA-LR, utilizado para medir la composición química y elemental del suelo lunar. Otros instrumentos de importancia incluyen el espectrómetro infrarrojo LIS-TV-RPM, el monitor de polvo lunar PML y el complejo manipulador lunar LMK.

La misión de Luna-25 se desarrollará de manera completamente automática, con un plan de vuelo previamente programado en la Tierra y cargado en el ordenador a bordo de la estación. Este sofisticado sistema de inteligencia artificial procesará los datos recopilados por los instrumentos científicos, generará telemetría y la transmitirá al centro científico terrestre. Asimismo, recibirá órdenes desde nuestro planeta, las analizará y emitirá instrucciones precisas al sistema de propulsión y a los sistemas de servicio de la nave.

El esperado viaje de Luna-25 hacia la Luna está programado para el 11 de agosto de 2023, a bordo del poderoso cohete Soyuz-2.1b, junto con la etapa superior Fregat. Se estima que el vuelo tendrá una duración aproximada de 4,5 días. Una vez en la Luna, la estación deberá llevar a cabo un delicado alunizaje en la región polar sur, específicamente en el sector oriental cercano al cráter Boguslavski. Esta zona, hasta ahora inexplorada, plantea un desafío de proporciones considerables.

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