A 15 años de prisión por abusar y embarazar a su cuñada de 11 años en Turén, Portuguesa
El abuso sexual es uno de los crímenes más atroces que puede cometer una persona, especialmente cuando la víctima es una niña. En este caso, Miguel Alejandro González, un hombre de 26 años de edad, ha sido condenado por el Tribunal 2° de Control en materia de violencia de género de Acarigua (Portuguesa) por el delito de acto sexual con víctima especialmente vulnerable. El acusado, confesó haber abusado sexualmente de su cuñada, una pequeña niña de apenas 11 años.
El ataque tuvo lugar el 1 de marzo de 2023 en el caserío Santa Rosa de la parroquia Santa Cruz del municipio Turén, estado Portuguesa. La situación se descubrió cuando la madre de la niña la llevó a un centro de atención médica debido a que sufría fuertes dolores estomacales y vómitos.
Tras varios exámenes, los médicos descubrieron que la niña estaba embarazada. Fue entonces cuando la menor confesó a su madre que Miguel Alejandro González la había atacado meses atrás, cuando ambos se encontraban solos en la vivienda familiar donde convivían. El relato de la pequeña resultó desgarrador y demostró la crueldad del delito.
La madre de la víctima, conmocionada y desesperada, denunció el hecho ante las autoridades regionales, quienes procedieron a la detención del agresor y lo pusieron a disposición del Ministerio Público.
En la audiencia preliminar, la Fiscalía 7ª del segundo circuito de la jurisdicción presentó sólidos medios de prueba que dejaron en claro la culpabilidad del acusado. El Tribunal, considerando la gravedad de los hechos y la vulnerabilidad de la víctima, no tuvo dudas en declarar culpable a González.
Finalmente, se ordenó su reclusión en la Comunidad Penitenciaria Fénix, ubicada en el estado Lara, donde cumplirá una pena de 15 años de prisión. Sin embargo, la condena no borra el dolor que ha causado a la niña y su familia.
Es fundamental tomar medidas adecuadas para proteger a las víctimas de abuso sexual y garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia y se les impongan sanciones apropiadas. Este tipo de delitos deben ser rechazados por la sociedad en su conjunto y debemos trabajar juntos para construir una sociedad más justa y equitativa, donde los derechos de los niños y las mujeres sean respetados y protegidos.