Conoce a Maye Musk, la madre de Elon, uno de los hombres más ricos del mundo (+Fotos)
El empresario sudafricano Elon Musk estaría cerca de llegar a un acuerdo de venta con Twitter por $44.000 millones, informó la red social este lunes 25 de abril.
El acuerdo finalizaría un período de noticias vertiginoso en el que el cofundador de PayPal y director general de SpaceX se convirtió en uno de los mayores accionistas de la red social, se le ofreció y rechazó un puesto en su junta directiva y, en últimas, pidió comprar la empresa, todo en menos de un mes.
El sudafricano, que nació en 1971, es hijo de Errol Musk y Maye Halderman, quienes se divorciaron cuando todavía era joven. El magnate tiene dos hermanos: Kimbal (1972) y Tosca (1974).
Maye Musk empezó a modelar a la edad de 15 años. “Mis amigos me dicen: yo era famosa antes de que Elon fuera famoso”, dijo en una entrevista a Vanity Fair.
Su carrera como modelo de pasarela e impresión tuvo mayor éxito cuando Maye dejó de teñirse el cabello después de cumplir 60 años de edad. Con su color blanco, obtuvo trabajos que incluyeron un anuncio para Virgin America, la portada de la revista New York en 2011 y un cameo en el video de “Haunted” de la cantante Beyoncé.
En 2015, apareció en su primer desfile para la Semana de la Moda de Nueva York. Un año más tarde, firmó con IMG, una de las principales agencias de modelos.
En 2016, también acompañó a Elon a la Met Gala. En 2017, cuando tenía 69 años, se convirtió en embajadora de CoverGirl. Es la representante de marca más antigua en la historia de la compañía de belleza.
“Creo que les da esperanza a las mujeres a medida que envejecen, pueden continuar trabajando y ser relevantes, seguras y cómodas consigo mismas”, expresó a Forbes la finalista de Miss Sudáfrica en 1969.
Asimismo, indicó a Marketwatch que las jóvenes la paran en la calle y le dicen que su carrera les da la esperanza de que, si ella está modelando a los 70 años, ellas pueden hacerlo a los 25.
De igual manera, Maye cuenta con dos maestrías: una en dietética y otra en ciencias de la nutrición.
Subió de peso cuando tenía 30 y en la década de 1990 pudo perder alrededor de 50 libras al volver a enfocarse en opciones de alimentos más saludables como legumbres, verduras y yogur.
No obstante, ha sido sincera sobre lo difícil que es mantener su peso, especialmente porque le gustan los dulces y se siente tentada por golosinas como el chocolate y el pudín de caramelo pegajoso.
Además, es una experta en las redes sociales. Tanto Instagram, Facebook y Twitter han sido las plataformas que la han ayudado a impulsar su carrera como modelo, dietista y conferencista.
Cabe destacar que durante los primeros días de la pandemia de covid-19, Maye documentó algunos de sus movimientos de pasarela en Instagram para recaudar fondos para la industria de la moda en apuros.
Maye tiene una gemela llamada Kaye, con quien se mantiene unida. Tras casarse con Musk en 1970, comenzó un matrimonio en el que vivió abuso físico y psicológico, pues informen señalan que Errol la golpeó y la obligó a cortar el contacto con su familia.
Su separación fue difícil porque Maye se sentía avergonzada por su situación. Aunado a ello, en ese entonces las leyes de divorcio en Sudáfrica no consideraban el abuso una razón suficiente para finalizar su matrimonio.
Luego de que las leyes de divorcio fueran cambiadas en 1979, ella se sintió capaz de alejarse. Años después, compartió detalles sobre su matrimonio en su libro de 2019, A Woman Makes a Plan.
“Cuando hagas un gran cambio, dará miedo, pero no puedes simplemente quedarte en una mala situación”, manifestó a Page Six.
Maye compartió en una entrevista con el Huffington Post que después de su divorcio, “tuve que albergar y alimentar a tres niños sin mantenimiento. La pobreza te hace trabajar muy duro. Recuerdo llorar cuando uno de mis hijos derramó leche. El dicho dice ‘no’ No llores sobre la leche derramada. Lloré porque no pude comprar otra leche ese día”.
Logró superarse comprando ropa de segunda mano y usando sus habilidades de dietista para proveer comidas baratas y nutritivas, como sándwiches de mantequilla de maní y guisos de frijoles.
“Nunca me sentí culpable por trabajar a tiempo completo, porque no tenía otra opción. Cuidar de mis hijos era la máxima prioridad; trabajé duro para mantener un techo sobre nuestras cabezas, comida en nuestro estómago y ropa básica en la espalda”, añadió.
Cuando modelaba, solía llevar a sus tres hijos a los shows. Sus hijos también la ayudaron en su práctica de dietista.
Volvió a Canadá, país donde nació, a los 40 años. Sus hijos pudieron conseguir pasaportes canadienses, debido a la ascendencia de su madre. Aseguró que tuvo cinco trabajos mientras trataba de construir una vida en esa nación.
“Yo era oficial de investigación en la Universidad de Toronto. Daba clases dos noches a la semana en una facultad de nutrición y dos noches a la semana en una escuela de modelaje. Modelé y di charlas, y tuve una práctica privada”, aseveró.
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