Advierten que esquema 7+7 complica proceso de reconversión monetaria en Venezuela
El régimen de Maduro continúa aplicando un esquema de cuarentena 7+7 que pone a la economía a trabajar con intermitencia, situación que dificulta a los comercios preparar sus sistemas para la nueva redenominación del bolívar, que tendrá seis ceros menos.
El 5 de agosto, el Banco Central anunció finalmente la esperada reconversión monetaria, que entrará en vigencia el próximo 1º de octubre. El ente emisor exige que para esta fecha las empresas deben tener los precios, los salarios, prestaciones sociales, tributos, estados financieros, documentos contables y demás operaciones expresados en la nueva denominación del bolívar.
«El problema que tenemos es que muchas veces para esas cosas es necesario la presencia física, y si seguimos con la interrupción y la intermitencia del esquema 7+7 eso puede hacer más problemático el proceso», sostiene la recién electa presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Tiziana Polesel, con quien conversó TalCual para conocer las opiniones e inquietudes de este sector sobre las más recientes medidas tomadas por el Ejecutivo.
– Pero, ¿dos meses, contando desde el 5 de agosto, son suficientes?
– Eso depende del tipo de comercio. Hay establecimientos que probablemente sí lo puedan hacer por su estructura, su tecnología y porque además disponen de servicios propios de, por ejemplo, contabilidad y administración. No olvidemos que esto se veía venir, por lo que algunas empresas ya fueron tomando precauciones.
Pero para los pequeños y medianos negocios, que dependen de tercerización para los procesos de adaptación de sus sistemas, el tiempo es corto.
– ¿Y ese proceso cuesta dinero?
– No hay problema si el establecimiento comercial tiene su propia estructura interna y su personal tanto de sistema como de contabilidad, pero para los negocios pequeños y medianos que, generalmente, subcontratan a empresas especializadas porque su estructura no resiste tener personal permanente en esas actividades, definitivamente va a representar un costo. Pero el poder manejar mejor las cifras lo compensa. Eso, frente a no poder emitir una factura por tener una cantidad de ceros inmanejable, es su compensación.
– ¿Cree que la medida de la reconversión generará la confianza suficiente para la recuperación del bolívar y que los comercios dejen al dólar? ¿O la dolarización se convirtió en un proceso irreversible?
– Para que eso ocurra es muy importante contar con un elemento que se llama confianza y eso todavía no lo hay. Cualquier persona a la que usted le pregunte, por mucha reconversión que haya, va a preferir mantener su patrimonio en una moneda dura, en una que no pierda valor.
¿Qué sucede con la reconversión? Lo que estamos es quitándole ceros a la moneda, pero no estamos resolviendo la causa que genera los ceros, que es la inflación, y eso no lo estamos atacando y no hay ninguna demostración hasta ahora que lo estemos haciendo. Tampoco podemos ni siquiera aportar ideas ni recomendaciones porque tenemos muchos años que no conocemos el balance del Estado, no conocemos el presupuesto, entonces, evidentemente, tenemos que fijarnos en las evidencias y no hay ninguna de que se esté pensando en combatir la inflación.
Se están haciendo algunas acciones, aisladas todas, pero que en ningún caso están atacando el problema estructural que genera los ceros en la moneda. Esos ceros los estamos eliminando en octubre y van a reaparecer si no se toman esas medidas.
Cuando nos reunimos con funcionarios del gobierno el primer punto que siempre tocamos es la inflación, además de que los comerciantes y los consumidores no disponemos de créditos, cuando la reactivación viene atada a una posibilidad de financiamiento.
– Muchos establecimientos grandes pasaron a ser medianos, y medianos a pequeños.
– Es correcto. Muchos que entraban dentro de la categoría de negocios grandes, con más de 500 trabajadores, se han reducido pero no producto de la pandemia, eso ya tenía unos cuantos años en contracción severa. Probablemente no se ve tan dramático es las cifras porque la empresa, la razón social, no cierra, pero sí sucursales. Es decir, en número de empresas, la cifra es dramática pero no tanto como en unidades comerciales formales.
Por ejemplo, tenemos organizaciones comerciales que antes tenían 10 o 12 sucursales. En este momento, tienen dos o tres. Desde el punto de vista estadístico, la empresa no ha cerrado, pero se ha reducido. Esos cierres han ocurrido principalmente en los estados que más problemas han tenido en materia de energía eléctrica, combustible, agua y conectividad. Todos esos problemas son un ingrediente más que muchas veces lleva al comerciante a decir que es mejor cerrar esa unidad comercial.
Con información de Alberto News.