Así fue el estrepitoso declive del poder de Diosdado Cabello
La instalación de la nueva Asamblea Nacional del régimen de Nicolás Maduro, se caracteriza por el evidente y estrepitoso declive del poder de Diosdado Cabello, quien fuera en su momento el número dos del chavismo.
En octubre de 2012 Hugo Chávez, a pesar de tener cáncer avanzado decidió ir a elecciones presidenciales; ganó, pero no alcanzó a juramentarse. En un vergonzoso acto para la justicia la entonces magistrada Luisa Estela Morales Lamuño, justificó con una ponencia que no era necesario que el presidente electo se juramentara. Eso ocurrió en el marco de fuertes rumores sobre la muerte o incapacidad de Chávez que la magistrada no pudo certificar.
Desde las elecciones, Chávez dejó de aparecer ante la opinión pública y se queda en Cuba para ser atendido por los médicos. Hace una breve visita a Venezuela el 8 de diciembre de 2012, en una aparición en cadena nacional, con Maduro a un lado y Diosdado Cabello en el otro, designa a su sucesor: “Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir el periodo, como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente”. Ese día empezó la guerra entre el militar del 4F y el entonces Vicepresidente.
Durante meses el país recibió información controversial, como aquella de la fotografía donde aparecía Chávez sonriente junto a sus dos hijas; después se supo que ya estaba moribundo. El entonces ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, se encargaba de dar reportes maquillados que no presagiaban el irremediable final, que llegó el 5 de marzo de 2013.
El 19 de abril de 2013 Maduro asume plenamente el poder, al ganar las elecciones presidenciales. Su propósito claro desde el principio fue eliminar a los líderes que controlaban grupos de poder en el chavismo: Diosdado Cabello, Tareck El Aissami, Elías Jaua y el poderoso Rafael Ramírez.
Eliminó del poder a Ramírez y a Jaua. Ha reducido al mínimo a Cabello. Y El Aissami le es necesario por su relación con los iraníes.
Lo primero que pretende el recién estrenado presidente de la República fue restarle poder clave a Diosdado Cabello, destituyéndole a dos hombres, a su hermano José David Cabello del Seniat y a Manuel Barroso de Cadivi, organismo que manejaba el control de las divisas del país y en el que el militar había estado durante siete años y del cual parecía inamovible, a pesar de las fuertes denuncias de corrupción.
Cuando Nicolás Maduro llegó al poder con poderes plenos, lo primero que hace es destituir al entonces coronel Barroso, cortándole abruptamente un hombre que le daba poderío económico a Cabello Rondón; la reacción no se hizo esperar e impidió que se materializara la salida de su hermano del Servicio de Administración Aduanera y Tributaria. En ese tiempo Cabello era indispensable para que Maduro se mantuviera en el poder.
La ventaja de Diosdado
Haber participado el 4 de Febrero, aunque solo era un teniente, se convertía en el elemento de mayor peso de Cabello Rondón en la Revolución Bolivariana, porque el Movimiento Febrerista se posiciona con Chávez en el poder. Maduro llegó tarde a esa escena y lo hizo de la mano de Cilia Flores como abogada de los golpistas de 1992 que estaban presos. No es nada casual que la estadía de Maduro en el poder ha significado la reducción de los 4F.
La otra gran ventaja de Cabello no es solo provenir de las filas militares, sino haber establecido una red de relaciones en el componente al cual perteneció, al Ejército, el más importante de la institución armada, en su promoción 1987 sino en diversas promociones e incluso en los demás componentes: Guardia Nacional, Armada y Aviación Militar.
Es el segundo de su promoción. Es un hombre con alto coeficiente intelectual. Es astuto. Tuvo su cúpula de poder, no precisamente por Barroso y su hermano José David, sino por el control del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), lo que ha podido hacer a través del general Gustavo González López y de ubicar a oficiales en cargos claves, que van desde comandos hasta jefaturas de las Regiones de Defensa Integral (REDI), Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI) y Alto Mando Militar. Pero también ubicó hombres incondicionales, como Manuel Quevedo, en cargos relevantes de la administración pública.
Aunque ese es el verdadero soporte de poder, Cabello ha sido vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), a quien ha controlado con organización y amplia red de información. Maduro trató de reforzar a una nueva organización, Movimiento Somos Venezuela (MSV), que dirigiera Delcy Rodríguez y que fue legalizado ante el Consejo Nacional Electoral en enero 2018. No logró convertirlo en una opción de poder político partidista.
Lo que le queda
Maduro ha sabido esperar para defenestrar a Diosdado. Le ha ido reduciendo su margen de poder y control. Un golpe brutal en esa merma de su poder y ascenso en el mundo militar lo representó, en julio de 2020, el pase a retiro de toda su promoción 1987, con 53 oficiales de alta graduación que quedaron fuera de sus cargos y los cuarteles. “Cuanta confianza y amor tuvo nuestro comandante Hugo Chávez en la promoción de 1987, sus hijos; han estado a la altura y deben ir a nuevas trincheras de lucha”, dijo Maduro al despedirlos.
El otro escenario en el que se ha desarrollado es el parlamentario. En ese también queda casi anulado. Cuando la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en julio de 2017, parecía lógico que la presidencia quedara en sus manos, pero Maduro impuso a Delcy Rodríguez, ante lo que Cabello decidió no ocupar otro cargo menor. Cuando la ANC definitivamente no logra ser reconocida ni tener legitimidad alguna, y dejó de ser importante para los objetivos de Maduro, entonces Cabello ocupa, un año después, su presidencia hasta que en diciembre desaparece sin haber alcanzado ninguna relevancia.
Un oficial, que ha estado junto a Diosdado a lo largo de estos años, revela que la revolución no ha sido consecuente con él. “Si alguien se ha dedicado a la revolución ha sido Diosdado, hasta enfermo trabaja por defenderla”, dice, aunque reconoce que su poder no es ni remotamente el que tuvo hace años. “Él no se atrevió a enfrentar lo que le están haciendo. Es muy inteligente pero poco osado”.
Cabello no entra al cuadro de la directiva de la Asamblea, lo hace Jorge Rodríguez, un hombre de absoluta confianza de Maduro. La coherencia de Diosdado es insistir en demostrar su fidelidad al chavismo, será él quien proponga que se vote por la nueva directiva.
Parece que solo le queda el control del SEBIN, el Seniat en manos de su hermano y el programa de televisión semanal que ha perdido horas y miles de seguidores. Quizá Maduro le dé algún cargo de consuelo.
Con información de Alberto News