Conoce más sobre la crisis que sufre el turismo por el COVID 19
El coronavirus ha significado una crisis sin precedentes en la era de la globalización que exige reflexionar y prepararnos frente a los retos que enfrentará la economía global en el corto, mediano y largo plazo. El DowJones se desploma en 13%, el IBEX35 vuelve a cerrar su jornada negra con una caída del 8% y la incertidumbre económica aumenta al unísono con el número de contagios.
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Dicho esto, sin duda, el turismo es uno de los sectores productivos que más se ha visto y se verá más afectado por los impactos del COVID-19. Por tanto, el sector requerirá de mayor protección, cuidado y proyección para iniciar su recuperación en un futuro cercano.
Cuando controlemos la crisis sanitaria, las dinámicas de consumo habrán cambiado, instigadas por la desconfianza, la austeridad y la incertidumbre; variables que seguirán influenciando la toma de decisiones del consumidor, especialmente en las lógicas de los viajeros.
Desde las oficinas de promoción turística debemos afrontar los retos de manera consistente y prolongada para evitar el colapso de uno de los motores de la economía global.
Aquí presentamos algunos ejemplos:
En España, el turismo representa el 12% del Producto Interno Bruto (PIB) y corresponde a la oferta del 13% del empleo. En Italia, el segundo país donde más efectos negativos ha generado la llegada de la crisis del COVID-19, el turismo corresponde al 13.2% del PIB y es también un generador de empleo fundamental.
A nivel global, el turismo representa el 10% de los ingresos. En este sentido, el sector turístico tiene la responsabilidad de apoyar en todas las medidas de contención y prevención de la pandemia actual, como lo ha venido haciendo en los recientes días: prestando servicios de cancelación de viajes sin penalización, ofreciendo hoteles como espacios para hospitalización de pacientes y permitiendo al cliente aplazar sus planes de viajes.
Es importante pensar en un plan de recuperacion a mediano plazo, siempre desde el optimismo y con el apoyo y conciencia de los gobiernos en cada país. Al superar la curva de contagio será necesario reinyectar la economía y todos sus sectores productivos. Con esto nos referimos especialmente a los que están al borde de una crisis, es decir, el turismo.
La Organización Mundial del Turismo prevé que, al superar la crisis, el crecimiento del sector será de 3 puntos porcentuales negativos, cuando el año 2019, estimaba un crecimiento positivo entre el 3% y el 4%.
La irrupción del virus ha impactado en el turismo con la creciente cancelación de viajes y de reservas de hotel, como lo han hecho Meliá, Grupo Barceló, Iberia y muchas más empresas. Tan solo en España se han reducido el 30% de reservas de viaje, y se espera que esta cifra aumente. Las pérdidas afectarán en gran medida al sector al transporte aéreo, la semana pasada IATA (International Air Transport Association) calculaba pérdidas en el sector aeronáutico de 113 mil millones de dólares. British Airways y Lufthansa han anunciado que reducirán sus vuelos en un 50%, Norwegian Airlines ha reducido el 85% de sus itinerarios y ha despedido a 7300 personas, e Italia ha tenido que nacionalizar Alitalia. La lista continúa.
No es la primera vez que el turismo se enfrenta a una crisis, aunque esta pueda catalogarse como la peor. Después de los ataques del 9/11, Estados Unidos entró en recesión, el mercado bursátil cayó y el turismo se desplomó; en especial, la aviación. Los hoteles en Nueva York tardaron 34 meses en recuperarse. En 2003, el virus del SARS afectó el turismo en el sudeste asiático y redujo en 20.5% las llegadas de turistas a países como Malasia, afectando a uno de los mayores ingresos del país. En 2008, la gripe H1N1 impactó en destinos como México, donde el turismo decreció un 60% cuando este sector significaba el 12% del PIB anual. A nivel global, en 2010 los viajes internacionales cayeron 4%. Sin embargo, Malasia recuperó sus visitas al siguiente año en un 48.5%, México llegó a números históricos en llegadas de viajeros en 2011 tras la recuperación y, a nivel global, el sector mantuvo una recuperación sostenida hasta llegar a un crecimiento promedio anual entre 3 y 5 puntos porcentuales.
En este sentido, debemos ser conscientes frente a la situación que se aproxima. No es una crisis puntual que afecta a una región, es una crisis global. El impacto económico general que está teniendo el COVID-19, sumado a la crisis de precios del petróleo, el desplome de las bolsas y la desvalorización de monedas en economías emergentes demuestran que, más allá de la pandemia, la coyuntura económica afectará a los índices de turismo y consumo en los próximos dos años.
En la transición a la normalidad, será necesario incluir nuevas medidas sanitarias y económicas para ofrecer al viajero tranquilidad y confianza. Miles de personas evitarán viajar y hacer gasto en actividades de ocio y consumo. Por otro lado, fruto del miedo al contagio, muchas personas dejarán de viajar. En este sentido, el sector turismo tendrá que trabajar de la mano con el sector sanitario para implementar medidas de limpieza y cuidado para evitar la propagación de una nueva pandemia, así como lo ha hecho con entidades de seguridad para contrarrestar los efectos negativos del terrorismo en el sector.
Con información de Atrevia.com